Estos son los usos y beneficios del árnica, según la medicina tradicional mexicana

México es un país con una tradición herbolaria que se ha extendido por generaciones, por lo que la planta del árnica ha destacado por sus beneficios y efectos como tratamiento a diversas enfermedades y afecciones en los seres humanos, ya sea por medio de cremas o infusiones.

La manera más sencilla es colocar un poco de esta planta sobre heridas, ya que ayuda a su curación, por lo que es recomendable aplicar fomentos con sus hojas y ramas lavadas. Un té de árnica o su aplicación en pomada ayudará con dolores y aliviará molestias, además hará menos viable una posible infección.

Los usos medicinales de la árnica

Sus principales cualidades medicinales es que es antiséptica, cicatrizante, desinfectante, desinflamante y analgésica, según la Biblioteca Digital de la Medicina Tradicional Mexicana de la UNAM, por lo que tiene distintos usos para mejorar tu salud:

• Heridas, golpes y contusiones
• Dolor de estómago
• Dolor en el pecho
• Dolor en el pulmón o pulmonía
• Dolores musculares
• Úlceras
• Reumas
• Dolor de muelas
• Gastritis
• Falta de apetito
• Limpiar el estómago
• Descongestionar la vesícula
• Sensación de boca amarga
• Inflamación en los intestinos (disentería)
• Infección en las encías (piorrea)
• Bronquitis
• Tos
• Hemorragias vaginales
• Fertilidad femenina
• Almorranas
• Afecciones del corazón
• Lavar los ojos
• Prevenir el cáncer
• Irritación en la vejiga
• Padecimiento en riñones
• Tratar los nervios
• Contra la acción de orinar en la cama.

De acuerdo a la Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México (SEDEMA), un estudio de la UNAM encontró un efecto tóxico contra las células cancerígenas, específicamente en el colon, aunque también puede combatir la aparición de acné e incluso ha sido relacionada contra el envejecimiento.

La historia del árnica en México

Conocida científicamente como Heterotheca Inuloides, esta planta forma parte de las 110 especies reconocidas por el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas, pero no siempre se ha utilizado de la misma forma ya que las creencias sobre ella han cambiado.

Mientras que en el siglo XVIII los autores aseguraron que podría contribuir al vértigo o la epilepsia, otros la catalogaron como una planta venenosa hasta finales del siglo XIX, cuando el Instituto Médico Nacional la recomendó en contusiones o como diurético y la Sociedad Farmacéutica de México reconoció varias de sus propiedades medicinales.