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Fraudes y mercado informal dominan la compraventa de autos usados

Cada año se realizan 6 millones de operaciones de compraventa de autos usados en México, con un riesgo de engaño de hasta el 70 por ciento.

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El crecimiento del mercado irregular presiona a los autos nuevos: en noviembre de 2025 las ventas internas bajaron 0.34%, mientras la inflación empuja a más compradores a canales de alto riesgo. [Fotografía. Shutterstock]

La compraventa de vehículos usados en México se ha consolidado como uno de los mayores focos de riesgo patrimonial y de distorsión para la industria automotriz.

Cada año se realizan alrededor de 6 millones de operaciones, la mayoría fuera de esquemas formales: en redes sociales, tianguis y marketplaces digitales, donde los fraudes afectan a millones de compradores y vendedores.

De acuerdo con Karvia, plataforma especializada en seguridad para operaciones que se realizan en Facebook Marketplace, MercadoLibre y otros canales, este volumen contrasta con el mercado de vehículos nuevos, que apenas supera el 1.2 millones de unidades vendidas al año, lo que evidencia que por cada auto nuevo se comercializan casi cinco usados, en su mayoría sin regulación.

“La magnitud de este universo informal explica por qué el impacto de los fraudes no es marginal. El riesgo de sufrir un fraude en estas operaciones fluctúa entre 40 y 70 por ciento, con picos en temporadas de alta liquidez”, señaló Rodrigo Jiménez, CEO y fundador de Karvia.

El directivo precisó que la falta de controles institucionales, la presión por cerrar operaciones rápidas y la fuerte asimetría de información en plataformas digitales permiten que los fraudes se repitan de manera sistemática, sin consecuencias legales en la mayoría de los casos.

El fraude financiero concentra cerca del 60 por ciento de las incidencias detectadas en la compraventa informal. “El modus operandi clásico son los cheques sin fondos: el depósito aparece ‘en proceso’, el vendedor entrega las llaves y días después el cheque rebota”, explicó.


Estos esquemas proliferan porque entre 80 y 83 por ciento de los vehículos usados que se venden en México se comercializan fuera de agencias o plataformas formalmente establecidas, lo que deja a las partes sin respaldo legal, financiero ni técnico.

A ello se suma el fraude legal, que representa alrededor del 25 por ciento de los casos. Según el especialista, muchos compradores se limitan a revisar la factura del vehículo, sin validar antecedentes clave que determinan su legalidad.

“Muchos creen que basta con revisar la factura o acudir a la fiscalía, pero la validación real implica verificar pedimentos, tenencias, multas e incluso historial de robo o accidentes”, afirmó Jiménez, quien subrayó que este punto es crítico ante el ingreso de autos “chocolate”.

Mercado irregular presiona a la industria automotriz

Este entorno contrasta con el mercado de vehículos nuevos, donde las operaciones están respaldadas por contratos, crédito bancario y procesos de verificación. Sin embargo, la expansión del mercado irregular ya tiene efectos medibles sobre la industria.

“Para el sector de autos nuevos, el impacto se traduce en menor rotación de inventarios y un freno a la renovación del parque vehicular. Al mismo tiempo, los consumidores asumen riesgos patrimoniales más altos”, añadió el especialista.

Las cifras recientes reflejan esta presión. En noviembre de 2025, las ventas internas de vehículos nuevos cayeron 0.34 por ciento, al colocarse 148 mil 361 unidades, de acuerdo con la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA).

“La comercialización se mantuvo prácticamente sin cambios respecto a 2024”, explicó Adriana Ramírez, gerente de Estudios Económicos de la AMIA, al comparar con las 148 mil 864 unidades vendidas en el mismo mes del año previo.

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Peligroso

Inflación empuja compra de usados en México

En paralelo, la inflación ha reforzado el desplazamiento hacia el mercado de usados. Con una inflación anual por encima de 4 por ciento, según el INEGI, el poder adquisitivo se ha deteriorado y el crédito, encarecido.

“La inflación ha sido determinante en las decisiones de compra; muchas familias han postergado la adquisición de autos nuevos”, afirmó Guillermo Rosales Zárate, presidente de la AMDA, quien anticipó mayor sensibilidad al precio en 2026.

Jiménez coincidió en que el entorno macroeconómico está empujando a los consumidores a canales informales. “La presión inflacionaria lleva a muchos compradores a mercados donde el desconocimiento legal y mecánico puede traducirse en fraudes y pérdidas patrimoniales”, advirtió.

En un mercado donde millones de operaciones se realizan sin regulación y con altos niveles de riesgo, la informalidad en los autos usados se ha convertido en un problema estructural que ya impacta directamente la estabilidad y competitividad de la industria automotriz en México.

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