Economía

La ‘receta’ del FMI para la inversión en México: hacer más reformas estructurales

Combatir los obstáculos a la inversión es necesario para impulsar el crecimiento económico de México, indicó el FMI.

México requiere de reformas estructurales adicionales enfocadas a liberar los obstáculos a la inversión para impulsar el crecimiento y sus exportaciones, señaló el Fondo Monetario Internacional (FMI), al estimar que el déficit de la cuenta corriente siga ampliándose este año a 0.5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) y llegue al 1.0 por ciento en el mediano plazo.

“Si bien la posición externa de México en la actualidad está en general equilibrada, las reformas estructurales adicionales para abordar los obstáculos a la inversión son fundamentales para impulsar el crecimiento y las exportaciones en el mediano y largo plazo y para mantener la sostenibilidad externa”, señaló en su evaluación como parte del ‘Reporte del Sector Externo, pandemia, guerra y desbalances globales’-

Las reformas necesarias de implementar en México deben incluir abordar la informalidad económica y “las brechas de gobernabilidad, la participación del sector privado en energía y reformar la estrategia comercial y la gobernabilidad de Pemex”, precisó el organismo en su reporte publicado este jueves desde Washington.

Mientras tanto, este 2022 anticipa que el déficit de la cuenta corriente se amplíe del 0.4 por ciento del PIB en 2021 a 0.5 por ciento una vez que los precios más altos de las materias primas de importación y el efecto de precios más altos del petróleo contrarrestado por los subsidios al precio interno del combustible, tendrán un impacto en las finanzas públicas.

“Se prevé que el déficit por cuenta corriente de 2022 aumente hasta el 0.5 por ciento del PIB, con una incertidumbre de pronóstico considerable, dados los riesgos de la pandemia de COVID-19 y la guerra en Ucrania. En el mediano plazo, se proyecta que el saldo de Cuenta Corriente se mueva a un déficit de alrededor del 1 por ciento del PIB”, señaló en su evaluación sobre la situación del sector externo en el balance general de México en la que consideró está “Ampliamente en línea”.

La Cuenta Corriente pasó en 2021  a un déficit de 0.4 por ciento del PIB tras un superávit de 2.4 por ciento del PIB en 2020, lo que refleja la recuperación de la demanda de importaciones, incluida la reposición de bienes intermedios, con recuperación económica. En 2022, se espera que el déficit de cuenta corriente se amplíe con precios de materias primas más altos a nivel mundial y se espera que otros efectos comerciales directos de la guerra en Ucrania sean insignificantes, dados los vínculos comerciales limitados con Rusia y otros países de Europa del Este.


“Además, el techo del precio interno del combustible y los subsidios al combustible asociados debilitarán los efectos de sustitución e ingreso de los precios más altos del petróleo y amplificarán su impacto en el balance de la cuenta corriente”, precisó el organismo en su análisis.

Además de la recomendación de las reformas estructurales para favorecer la inversión y con ello acelerar el crecimiento, el FMI señala que el tipo de cambio flotante debería seguir sirviendo como amortiguador, y las intervenciones cambiarias se utilizarían únicamente para evitar condiciones de mercado desordenadas.

“La línea de crédito flexible del FMI continúa brindando una protección adicional contra los riesgos extremos globales”, puntualizó.

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