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‘¡Hasta ver la cruz!’: ¿Cuál es el origen de este dicho para brindar con mezcal?

Al echarte un mezcalito, ¿brindas diciendo ‘hasta ver la cruz’? El origen de esta frase proviene de un instrumento de las iglesias.

“Que sirvan las otras copitas de mezcal, que al fin, nada ganamos con ponernos a llorar”, cantaba Antonio Aguilar. Palabras sobre este sabor que se toma “a besos” (poco a poquito) entonan a más de una persona en las cantinas, donde las personas toman “¡hasta ver la cruz!”, ¿pero qué tiene qué ver este símbolo religioso con la bebida del maguey?

El mezcal es un tipo de bebida alcohólica que se obtiene de la destilación del corazón del maguey, el resultado tiene una alta graduación y su sabor depende del tipo de elaboración, planta e ingredientes que se utilicen.

Esta es una de las bebidas más populares de México, desde 1994 cuenta con denominación de origen en lugares de Guanajuato, San Luis Potosí, Zacatecas, Guerrero, Durango, Oaxaca, Tamaulipas y hasta Michoacán.

¿Qué significa la frase de ‘hasta ver la cruz’?

Dentro de cantinas, bares, mezcalerías o hasta reuniones es común ver alguna persona sostener su mezcalito para decir “hasta ver la cruz” antes de tomárselo y experimentar el fuerte sabor de la bebida de maguey.

Parecería que “hasta ver la cruz” es una oración que hace alusión a beber sin control o embriagarse, pero más bien hace referencia al peculiar vaso que se usa para tomar mezcal, el cual tiene una cruz en el fondo.

¿De dónde salió la frase de ‘hasta ver la cruz’?

Esta frase surgió de los vasos de las veladoras religiosas que en el fondo tenían una pequeña cruz, se caracterizan por su pequeño tamaño. Luego de que se terminaba la vela de su interior, las personas comenzaron a improvisarlo como vaso mezcalero.


Este tipo de veladoras son reconocidas por su uso en ceremonias y rituales religiosos, se pueden llegar a reusar con diferentes velas, aunque en México también acaban en las cocinas.

La frase surgió porque luego de terminarse el mezcal se puede observar la pequeña cruz hasta el fondo del vasito, es decir, el mezcal se toma, literalmente, hasta ver la cruz de su interior, sin dejar nada.

Existen varios mitos que rodean el uso de las veladoras como vasitos para el mezcal, una de ellas asegura que los productores del mezcal, tras prender una vela y esperar a que se consumiera, brindaban con este tipo de recipientes para pedir que les fuera mejor en sus cosechas y elaboración de la bebida.

Asimismo, hay otra versión que explica que estos vasos se comenzaron a utilizar en los funerales a los que asistía mucha gente y llevaba mezcal.

Una de las características de estos vasos de veladores es su tamaño, ya que es considerablemente más pequeño que el de un recipiente para beber tradicional. Esto se puede deber a fuerte sensación de ardor que produce el mezcal.

La forma de la veladora, al ser amplía, permite que se disfrute mejor el aroma que produce la bebida destilada.

Aunque el mezcal se toma “a besos”, es decir, de poco en poco por su fuerte sabor, algunos individuos sugieren que esta frase se refiere a las personas que tratan beber de un solo trago la bebida, lo cual acaba siempre muy mal, pues la alta cantidad de alcohol ahoga la garganta.

En la actualidad hay recipientes especializados para tomarlo, como las jícaras o variedad de pequeños vasos mezcaleros diseñados de tamaño pequeño para ese fin.

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