Economía

Inflación en México sube a 3.8%, la más alta en cinco meses

Analistas señalan que el dato resultó sorpresivo, reflejo de que las presiones siguen activas y son más generalizadas.

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Entre los elementos que podrían seguir alimentando la inflación están los ajustes salariales, las alzas de impuestos y en los aranceles de importación, así como la Copa Mundial de Futbol. (Bloomberg)

La inflación en México presentó un avance de 3.80 por ciento anual en noviembre, su mayor nivel en cinco meses, ante las presiones generadas en los precios de las mercancías y alimentos, principalmente.

El alza anual del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) fue superior a las estimaciones de los analistas, que apuntaban a 3.60 por ciento.

De acuerdo con los registros del INEGI, el índice subyacente reportó un aumento de 4.43 por ciento anual, su punto más alto desde marzo del 2024, cuando se situó en 4.64 por ciento. En su interior, las mercancías repuntaron a 4.37 por ciento, mientras que el incremento en los servicios fue de 4.49 por ciento.

En tanto, la inflación no subyacente fue de 1.73 por ciento, frente al 1.18 por ciento de un mes antes, y de manera desagregada, el precio de los agropecuarios subió 0.9 por ciento, mientras que los energéticos y tarifas autorizadas por el gobierno aumentaron 2.4 por ciento en su comparación anual.

Ricardo Aguilar, economista en jefe de Invex, detalló que dicha lectura refleja presiones adicionales a las previstas tanto en la parte subyacente como en la no subyacente, principalmente en la primera.

“La sorpresa para el mercado respondió a un cambio de 0.21 por ciento quincena a quincena en los precios de mercancías. Se anticipaba un efecto de baja en estos precios durante las últimas dos semanas de noviembre, ya que El Buen Fin también ocupó algunos días de la segunda quincena del mes. Sin embargo, lo anterior no ocurrió”, indicó.


Víctor Gómez Ayala, economista en jefe de Finamex, puntualizó que el dato de inflación de noviembre confirma una reaceleración de los precios al consumidor, conforme lo anticipaban, y si bien, la cifra sigue por debajo del 4 por ciento, el repunte es relevante por su composición, que muestra que las presiones inflacionarias siguen activas y más generalizadas de lo que se observaba meses atrás.

Mantendrá alza

Alberto Ramos, economista en jefe para América Latina de Goldman Sachs, destacó que las cifras continúan mostrando presiones sobre el componente subyacente y una inflación de servicios notablemente rígida. Añadió que, a pesar del pronóstico de crecimiento por debajo de la tendencia y una mayor ampliación de la brecha de producción negativa, se espera que la inflación en 2026 esté bajo presión.

Entre los elementos que podrían seguir alimentando dichas presiones, resaltó los ajustes salariales, las alzas de impuestos y en los aranceles de importación, así como el impacto potencial de la Copa Mundial de Futbol en algunos servicios.

Analistas de Banamex mantuvieron su estimación para la inflación al cierre de 2025 en 3.9 por ciento, mientras que para el cierre del 2026 vislumbran un repunte, asociado al efecto de los incrementos a impuestos, de tal manera que su proyección para el cierre apunta a una tasa de 4.3 por ciento.

Cautela para 2026: Borja

El siguiente año presentará ciertos riesgos adicionales para el panorama inflacionario, como el aumento de algunos impuestos. Por ello, la mayor cautela es pertinente para la conducción de la política monetaria, refirió Galia Borja, subgobernadora del Banco de México (Banxico).

“También tenemos la incertidumbre sobre la imposición de aranceles, junto con la renegociación del T-MEC, que pudiera generar cierta volatilidad en nuestros mercados financieros”, refirió.

Durante su participación en un podcast de Grupo Financiero Banorte, explicó que esta necesidad de cautela se reflejó en el cambio en la comunicación de la guía futura del comunicado de su más reciente decisión de política monetaria, en noviembre pasado.

Si bien, descartó que hay una complacencia en la Junta de Gobierno por los niveles inflacionarios y el recorte en las tasas de interés, sostuvo que el indicador está en una nueva fase, en un nivel más cercano a lo que ha estado históricamente previo al actual episodio inflacionario tan fuerte que fue la pandemia.

Algo muy importante, resaltó, es seguir monitoreando los cambios en precios relativos muy de cerca, muy a detalle, para entonces pronosticar y ver cuál será la trayectoria de la convergencia a la inflación, tal cual demanda el mandato constitucional al banco central.

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