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Migración legal en EU crece ante crisis en frontera con México

El número de trabajadores migrantes con visas agrícolas aumentó un 159% desde 2011, pese al conflicto entre EU y México sobre los inmigrantes indocumentados.

A medida que el conflicto sobre los inmigrantes indocumentados llega a niveles extremos a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México, un creciente número de trabajadores agrícolas llegan a cosechar tabaco, papas y arándanos, y lo hacen de forma legal.

La cantidad de trabajadores migrantes en Estados Unidos con visas agrícolas temporales ha aumentado un 159 por ciento desde 2011, a medida que los agricultores estadounidenses buscan reemplazos para los miles de trabajadores agrícolas indocumentados que han sido ahuyentados por las políticas antiinmigrantes.

Ahora el lobby agrícola presiona para lograr cambios que permitan a los agricultores duplicar el número de inmigrantes legales, los autoricen a permanecer por más tiempo y reduzcan los costos generales asociados por recurrir a ellos.

Algunos de esos cambios estaban originalmente incluidos en una de las dos reformas migratorias que avanzan en el Congreso, aunque los defensores de los agricultores dicen que no saben si todavía estarán allí cuando la Cámara de Representantes vote esta semana.

El programa actual de visas para trabajadores agrícolas, llamado H2-A, ha sido vilipendiado por los productores durante años, tanto por su burocracia como por sus costos. Muchos evitaron usarlo cuando el trabajo agrícola ilegal era más abundante y menos arriesgado. Sin embargo, en los últimos años, "simplemente no llegan personas de la manera que solían hacerlo", dijo Paul Schlegel, director de política pública de la Federación Estadounidense de la Dirección de Granjas.

"El programa H2-A no es el mejor, pero tienes que sopesar eso contra una redada de la ICE (Oficina de Inmigración y Aduanas), cuando podrías perder cientos de trabajadores en un instante", señaló Schlegel.

Por su parte, los trabajadores indocumentados prefieren trabajos de construcción, que en general son menos estacionales y mejor remunerados, dijo Lee Wicker, subdirector de la Asociación de Productores de Carolina del Norte, una cooperativa: "Los trabajadores agrícolas no están cruzando la frontera ilegalmente para tener un trabajo agrícola".

El Departamento de Trabajo supervisa el programa H2-A y requiere que los agricultores soliciten los trabajadores que necesitan todos los años, anuncien los empleos en el país primero, asuman los costos de transporte y vivienda y paguen un salario mínimo. También es conocido por los ocasionales retrasos, que pueden dejar a los agricultores sin trabajadores cuando los cultivos están listos para cosechados.

El tamaño total de la mano de obra agrícola es de aproximadamente 1 millón de trabajadores, según Schlegel. Mientras que la proporción importada de forma legal sigue siendo una minoría, ha estado aumentando constantemente desde 2011, el año después de que los estados agrícolas republicanos en particular comenzaron a aprobar leyes de represión migratoria, antecediendo a las políticas antiinmigrantes del presidenteDonald Trump.

El año pasado, se otorgaron más de 200 mil visas H2-A, frente a 77 mil en 2011. Las cifras de este año podrían superar las del 2017, según datos del Departamento de Trabajo de EU.

En Georgia, uno de los estados que aprobó una severa ley migratoria el 2011, el crecimiento refleja un uso cada vez mayor de la visa H2-A para nuevos cultivos, dijo Bryan Tolar, presidente del Consejo de Agronegocios de Georgia. Mientras que los cultivos de durazno y cebolla Vidalia en el estado han sido cosechados por inmigrantes con visa H2-A durante años, ahora se les están uniendo los arándanos, moras, pepinos, melón, pimientos y calabacín, dijo.

Las bayas a nivel nacional no aparecieron en la lista de cultivos con la mayor cantidad de trabajadores con visa H2-A hasta 2014, según los datos del Departamento de Trabajo de Estados Unidos. Los productores de bayas fueron los mayores usuarios del programa el año pasado.

El programa H2-A no afecta directamente el precio de las bayas, escribió Tolar en un correo electrónico, "pero aumenta el costo de producción y de enviarlas al mercado. Si no pueden encontrar una manera de obtener ganancias, entonces las bayas simplemente no se cosechan y luego los banqueros no están contentos. Esto se puede poner complicado rápidamente".

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