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‘Esta clase es para ti’: Así conoció Fernando del Solar a su esposa Anna Ferro

El conductor comenzó a esperar a su maestra afuera del salón después de estar en coma por su Linfoma de Hodgkin.

La muerte del conductor argentino Fernando del Solar a los 49 años fue repentina, pero su esposa Anna Ferro –con quien se casó el pasado 22 de marzo en la Riviera Maya– lo recordará por su gran paciencia, una de sus más grandes virtudes, además quedarse con su luz y amor.

Después de superar un Linfoma de Hodgkin, batalla a la que se enfrentó por años, se despidió de su padre y se vio cara a cara con una neumonía de la que no pudo salir. Con lágrimas, su ahora viuda contó a los medios de comunicación que piensa seguir su legado –en los últimos años se dedicó a ser conferencista- al darle esperanza a las personas.

La historia de amor de Fernando del Solar y Anna Ferro

Fernando fue a una academia de yoga en donde Anna daba clases de pilates en 2016. Cuando se vieron ella no lo reconoció ni estaba enterada de su popularidad como conductor, ya que no veía la televisión.

“Él lo platicaría así: Estaba una miss en la puerta y le pregunté qué podía hacer porque necesitaba rehabilitar mi cuerpo”, dijo Ferro. “No sabía que él había pasado por toda esta situación (su enfermedad) y que tenía poco tiempo de haber salido del coma. Me dijo: ‘necesito tener más fuerza’ y le dije ‘esta clase es para ti’”, afirmó.

De esos primeros encuentros recuerda que del Solar acudía en un horario de mujeres o como ella dice ‘de señoras’. Era el único hombre que además se destacaba por ser quien gritaba en cada ejercicio.

“Dice que el día que se fijó en mí fue porque veía unas mándalas caminando de un lado a otro y empezó a hacer su tareita de estar esperándome afuera del salón”, confió quien aseguró que no se quedó con nada, ya que se despidió y estuvo acompañándolo hasta el último instante.

Hace unos meses sellaron su amor con una ceremonia ya que el nacido en Buenos Aires quería darle seguridad a su pareja. “Él me mostró todo el amor que tenía hacia mí y no hay cosa más grande que pueda agradecerle que eso”.

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