Tokio 2020

Eldric Sella cumplió sueño en Tokio y ahora enfrenta una pesadilla: no tiene un país dónde regresar

El boxeador venezolano encontró refugio en Trinidad y Tobago tras huir de su país en 2018. Su paso por Tokio 2020 fue efímero al caer ante el dominicano Euri Cedeño.

El sueño olímpico del boxeador venezolano Eldric Sella Rodríguez se hizo realidad cuando partió de Trinidad y Tobago para participar en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Sin embargo, su futuro es incierto ya que no obtuvo la aprobación necesaria para regresar al país caribeño, donde vivía tras huir de Venezuela en 2018.

Trinidad y Tobago negó la posibilidad de entrar al país. Eldric no puede regresar”, indicó su padre, Edward Sella (refugiado también en ese país) para el canal de televisión venezolano VPItv. Comentó que sus pasaportes se vencieron y ha sido complicada la renovación. “Y el Gobierno de Trinidad dice que no tiene un documento válido para otorgarle la visa”.

Por otro lado, el diario neoyorquino Newsday informó que el ministro de Seguridad Nacional del país caribeño, Fitzgerald Hinds, dijo que Sella no había recibido la aprobación del gobierno para regresar a Trinidad y Tobago.

“No, no creo que sus documentos estén en orden para regresar a Trinidad y Tobago”. Aseguró que partió rumbo a Tokio el pasado 21 de julio y que era todo lo que sabía. “Yo, por lo tanto, le deseo lo mejor y el mayor de los éxitos en su esfuerzo“.

El púgil venezolano se unió al Equipo Olímpico de Refugiados, conformado por 29 atletas originarios de 11 países, 19 más que los que compitieron bajo la bandera olímpica hace cinco años en Río. Cuenta con deportistas de Afganistán, Camerún, Congo, República del Congo, Eritrea, Irak, Irán, Sudán del Sur, Sudán y Siria, el país más representado con nueve.

Es el primer atleta de Latinoamérica en formar parte del Equipo de Refugiados, pero en Tokio 2020 tuvo una actuación efímera el pasado martes 27 de julio, ya que su estreno en el boxeo apenas duró 67 segundos en los que fue totalmente abrumado por su rival, el dominicano Euri Cedeño, en el peso mediano.

Sella no pudo contener las lágrimas tras bajar del cuadrilátero en la Arena de Kokugikan. Cayó a la lona apenas unos segundos después del campanazo, aunque logró reincorporarse. Pero quedó aturdido, de pie, cuando un potente jab de Cedeño le impactó en el rostro. El árbitro no titubeó en parar la pelea.

“Me siento mal. Quería hacer algo mejor”, dijo. “Quería pelear por mi país, que la gente pudiera estar orgullosa de mí”.

Lo que no ha perdido en absoluto es su identidad deportiva, pues con 24 años confía poder dar la batalla en las próximas justas de verano, las de París 2024.. “Yo vine como refugiado pero yo sigo representando a mi país, a todos los que se fueron y a los que están ahí”, afirmó.

Con información de AP.



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