Sociedad

Muñecas otomís se adaptan al mercado

A partir de este año el gobierno de Querétaro empezó a gestionar la obtención de la denominación de origen, con el fin de obtener la exclusividad de este producto y despliega estrategias de mercado para lograr la venta a mayor escala.

QUERÉTARO. Llaman la atención por los vivos colores de su vestimenta, trenzas con enormes listones, pequeños ojos negros y carita sonriente.

Se las encuentra no sólo en pueblos y ciudades de Querétaro sino en cualquier rincón del país, ahí donde las mujeres que las fabrican pueden llegar para ofrecer su mercancía sobre un plástico o lona, en un improvisado puesto callejero, y hasta en el extranjero.

Las muñecas de trapo otomís son originarias de Santiago Mexquititlán y San Ildelfonso Tultepec, dos comunidades de Amealco de Bonfil, el segundo municipio queretano con mayor pobreza extrema, y donde se conserva aún la lengua hñähñu, así como la indumentaria tradicional.

Son, según la directora general de la Casa Queretana de las Artesanías, Fernanda Tapia Palomera, uno de los productos artesanales locales más atractivos del estado, sobre todo para los extranjeros, y constituyen una pequeña pero importante fuente de ingresos para muchas familias indígenas.

Por eso, y para mejorar la comercialización de la muñeca y con ello las condiciones de vida de las comunidades otomís, a partir de este año el gobierno de Querétaro ha empezado a gestionar la obtención de la denominación de origen, con el fin de obtener la exclusividad de este producto y despliega estrategias de mercado para lograr la venta a mayor escala.

Por lo pronto, junto con 15 artesanas, y la asesoría en diseño de Arroz con Leche Mamá, la Casa Queretana de Artesanías creó la marca Hmädi, con la cual se busca que, sin perder su identidad, la muñeca que nació como juguete y se transformó con los años en meramente ornamental, vuelva a ser el regalo favorito entre las niñas de dos a siete años.

El objetivo es que la "niña vuelva a vestir y desvestir a la muñeca con sus cinco diferentes indumentarias, y que ella obtenga el conocimiento a través del juego de lo que son nuestras tradiciones queretanas".

Los productos creados para Hmädi, que significa amor en otomí, y los productos creados para esta marca son hechos en algodón y con materiales ecológicos, son más suaves al tacto y de mayor calidad; además hay una versión masculina. Se venden en línea o en cualquiera de las tiendas de la Casa Queretana de Artesanías.

Además se buscará llegar con mayor fuerza a otros segmentos de mercado, con muñecos relacionados con personajes religiosos e históricos.

Inspirados en la muñeca otomí, en abril próximo, durante el periodo de Semana Santa, se lanzarán al mercado nuevas líneas de Hmädi dirigidos al "turismo religioso" y a las personas con gusto por la historia.

Estos personajes son: Fray Junípero Serra (Miguel José Serra y Ferrer); El Marqués (Marqués de la Villa del Villar del Águila) y La Josefa (Josefa Ortiz de Domínguez).

Esta propuesta la está trabajando la Casa Queretana de las Artesanías en Querétaro con las mujeres artesanas. De manera inicial se fabricarán 10 unidades de cada modelo para ver qué tanto lo acepta el mercado y en la segunda etapa se consideran 100 productos de cada uno.

Además ya existen otros productos del mismo material como Panchito, novio de la muñeca tradicional, que no tiene tanta demanda como su compañera.

Sobre pedido se elaboran otros productos, como "La Novia", "La Mexicana"o la muñeca para Navidad.

JUGUETE TRADICIONAL

La muñeca hñähñu surge de la tradición de las mujeres de Amealco de regalar a sus hijas juguetes con remiendos y pedazos sobrantes de tela.

Se fabrican con base en un molde que da forma al cuerpo hecho con popelina, que es cosido a mano y se rellena con borra. Las extremidades son anudadas para que piernas y brazos puedan tener movimiento. Se viste con tela de cambaya y un encaje hecho a mano. Luego se le pega terciopelo en boca, nariz y cejas. El cabello es de estambre entretejido con listones.

Las muñecas tienen un tamaño de 3 a 45 centímetros. La que más se comercializa es la de 14 centímetros, que significa media hora de trabajo artesanal. Dependiendo de su tamaño, la calidad y el trabajo requerido, su precio va de 15 pesos en adelante, y sus creadoras obtienen una ganancia de 8 a 9 pesos.

Se pueden encontrar en el comercio formal en tiendas artesanales, en el Aeropuerto Intercontinental de Querétaro (AIQ), la Terminal de Autobuses y algunos hoteles del estado, aunque también de manera informal son vendidas de manera directa por mujeres otomís que circulan por el Centro Histórico.

También ha llegado a exportarse por pedidos esporádicos, principalmente a Estados Unidos y Europa.

LEGADO INDÍGENA 

De lunes a viernes, junto con sus cuatro hijos, María Isabel Domínguez elabora en su casa las muñecas otomís que ofrece los fines de semana en el Centro Histórico de Querétaro.

María Isabel es originaria de Santiago Mexquititlán, una comunidad del municipio de Amealco.

De niña, relata, jugaba con estas muñecas, por lo que fue adquiriendo experiencia, y ahora hereda esta actividad a sus dos niñas y dos niños, y a través de las ventas de su producto se apoyan económicamente.

Comentó que ante la falta de oportunidad laboral en su comunidad y lo poco que gana su esposo en la industria de la construcción, ella se ha visto en la necesidad de vender sus muñecas, sobre todo a los extranjeros, ya que son quienes más admiran este trabajo hecho a mano.

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