Salud

Gonorrea, la bacteria infecciosa que está desafiando con su resistencia a los antibióticos

Las infecciones por gonorrea se han incrementado durante la pandemia, aprovechando que los esfuerzos de salud se han volcado sobre el COVID-19.

Aprovechando que los reflectores se han ido hacia el COVID-19, la gonorrea ha vuelto al escenario como una de las enfermedades infecciosas que no se tomaron un descanso y, por el contrario, tan solo en Estados Unidos el número de casos han aumentado durante la pandemia.

A diferencia del COVID-19, que es un virus nuevo, la gonorrea es una enfermedad antigua. Los primeros informes conocidos de ella datan de China en el año 2600 a. C., y la enfermedad ha afectado a los humanos desde entonces.

La gonorrea ha sido durante mucho tiempo una de las infecciones bacterianas más comunes en Estados Unidos. Es causada por la bacteria Neisseria gonorrhoeae, que puede infectar las membranas mucosas de los genitales, el recto, la garganta y los ojos.

La gonorrea generalmente se transmite por contacto sexual. A veces se le llama ‘el aplauso’.

Antes de la pandemia, había alrededor de 1.6 millones de nuevas infecciones de gonorrea cada año. Más del 50 por ciento de esos casos involucraron cepas que no respondieron al tratamiento con al menos un antibiótico.

En 2020, las infecciones de gonorrea disminuyeron inicialmente un 30 por ciento, muy probablemente debido a los confinamientos por la pandemia y el distanciamiento social. Sin embargo, a fines de 2020, el último año para el que hay datos disponibles de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, las infecciones reportadas aumentaron un 10 por ciento desde 2019.


No está claro por qué aumentaron las infecciones a pesar de que todavía estaban vigentes algunas medidas de distanciamiento social. Pero los CDC señalan que el acceso reducido a la atención médica puede haber dado lugar a infecciones más prolongadas y más oportunidades de propagar la enfermedad, y la actividad sexual puede haber aumentado cuando se levantaron las órdenes iniciales de quedarse en casa.

Como biólogo molecular, he estado estudiando bacterias y trabajando para desarrollar nuevos antibióticos para tratar infecciones resistentes a los medicamentos durante 20 años. Durante ese tiempo, he visto que el problema de la resistencia a los antibióticos ha adquirido una nueva urgencia.

La gonorrea, en particular, es un importante problema de salud pública, pero existen medidas concretas que las personas pueden tomar para evitar que empeore, y los nuevos antibióticos y vacunas pueden mejorar la atención en el futuro.

Cómo reconocer la gonorrea

Alrededor de la mitad de las infecciones por gonorrea son asintomáticas y solo pueden detectarse mediante pruebas específicas. Las personas infectadas sin síntomas pueden transmitir la gonorrea a otros sin saberlo.

Los primeros signos típicos de la gonorrea sintomática incluyen una sensación de dolor o ardor al orinar, flujo vaginal, picazón, sangrado o flujo anal. Si no se trata, la gonorrea puede causar ceguera e infertilidad. El tratamiento con antibióticos puede curar la mayoría de los casos siempre que la infección sea susceptible a al menos un antibiótico.

Actualmente solo existe un tratamiento recomendado para la gonorrea EU, un antibiótico llamado ceftriaxona, porque la bacteria se ha vuelto resistente a otros que antes eran efectivos contra ella. En el pasado se han usado siete familias diferentes de antibióticos para tratar la gonorrea, pero ahora muchas cepas son resistentes a uno o más de estos medicamentos.

El CDC rastrea la aparición y propagación de cepas de gonorrea resistentes a los medicamentos.

¿Por qué la gonorrea está en aumento?

Algunos factores han contribuido al aumento de infecciones durante la pandemia de COVID-19.

Al principio de la pandemia, la mayoría de los laboratorios de EU, capaces de realizar pruebas de gonorrea, cambiaron por los test de COVID-19. Estos laboratorios también han estado lidiando con la misma escasez de personal y suministros que afecta a las instalaciones médicas en todo el país.

Muchas personas han evitado las clínicas y los hospitales durante la pandemia, lo que ha disminuido las oportunidades de identificar y tratar las infecciones de este padecimiento antes de que se propaguen. De hecho, debido a la disminución de las pruebas de detección en los últimos dos años y medio, los expertos en atención médica no saben exactamente cuánto se ha propagado la gonorrea resistente a los antibióticos.

Además, al principio de la pandemia, muchos médicos recetaron antibióticos a pacientes con COVID-19, aunque los antibióticos no funcionan con virus como el SARS-CoV-2. El uso inadecuado de antibióticos puede contribuir a una mayor resistencia a los medicamentos, por lo que es razonable sospechar que esto ha sucedido con la gonorrea.

Uso excesivo de antibióticos

Incluso antes de la pandemia, la resistencia al tratamiento con antibióticos para infecciones bacterianas era un problema creciente. En EU las infecciones por gonorrea resistente a los antibióticos aumentaron más del 70 por ciento entre 2017 y 2019.

Neisseria gonorrhoeae es especialista en recoger nuevos genes de otros patógenos y de bacterias ‘comensales’ o útiles. Estas bacterias útiles también pueden volverse resistentes a los antibióticos, lo que brinda más oportunidades para que la bacteria de la gonorrea adquiera genes resistentes.

Se han observado cepas resistentes a la ceftriaxona en otros países, incluidos Japón, Tailandia, Australia y el Reino Unido, lo que plantea la posibilidad de que algunas infecciones de gonorrea pronto sean completamente intratables.

Pasos hacia la prevención

Actualmente, los cambios en el comportamiento se encuentran entre las mejores formas de limitar las infecciones de gonorrea en general, en particular, un comportamiento sexual más seguro y el uso de condones.

Sin embargo, se necesitan esfuerzos adicionales para retrasar o prevenir una era de gonorrea intratable.

Los científicos pueden crear nuevos antibióticos que sean efectivos contra las cepas resistentes; sin embargo, la disminución de la inversión en esta investigación y desarrollo durante los últimos 30 años ha retrasado la introducción de nuevos antibióticos. No se han introducido nuevos medicamentos para tratar la gonorrea desde 2019, aunque dos se encuentran en la etapa final de ensayos clínicos.

Actualmente no es posible vacunarse contra la gonorrea, pero podría serlo en el futuro. Las vacunas eficaces contra la bacteria de la meningitis, un pariente cercano de la gonorrea, a veces también pueden brindar protección contra ésta. Esto sugiere que una vacuna contra la gonorrea debería ser factible.

La Organización Mundial de la Salud ha comenzado una iniciativa para reducir la gonorrea en todo el mundo en un 90 por ciento antes de 2030. Esta iniciativa tiene como objetivo promover prácticas sexuales seguras, aumentar el acceso a atención médica de alta calidad para enfermedades de transmisión sexual y ampliar las pruebas para que las infecciones asintomáticas puedan tratarse antes. La iniciativa también aboga por una mayor investigación sobre vacunas y nuevos antibióticos para tratar la gonorrea.

Los reveses en la lucha contra la gonorrea resistente a los medicamentos durante la pandemia de COVID-19 hacen que estas acciones sean aún más urgentes.

Por Kenneth Keiler, profesor de Bioquímica y Biología Molecular en Penn State

*The Conversation es una fuente independiente y sin fines de lucro de noticias, análisis y comentarios de expertos académicos.

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