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Día de la Virgen de Guadalupe: ¿Por qué se celebra el 12 de diciembre?

Millones de feligreses podrán acudir este año al templo de la ‘Morenita’ para celebrar un aniversario más de sus apariciones.

Las puertas de la Basílica se abrirán este fin de semana para recibir a miles de peregrinos y devotos que acudirán a felicitar a la Virgen de Guadalupe en su día.

A diferencia del año pasado, cuando el templo guadalupano estuvo cerrado debido a la pandemia de COVID, en esta ocasión las autoridades eclesiásticas permitirán la entrada de los peregrinos aunque con algunas restricciones: solo podrán estar en el sitio alrededor de cinco minutos y tendrán que usar cubrebocas.

Y si bien la fecha en la que se celebra a la patrona de América es el 12 de diciembre, la pregunta es: ¿la mayoría de los mexicanos sabe el por qué de esa fecha? Aquí te lo contamos

Las apariciones de la ‘Morenita’

De acuerdo con la tradición católica, la Virgen de Guadalupe se apareció a Juan Diego Cuauhtlatoatzin (Significa: Águila que habla o El que habla como águila) hace casi 100 años, en diciembre de 1531.

San Juan Diego, originario de Cuautitlán y un indio chichimeca, se dedicaba a vender petates en Tlatelolco. Un 9 de diciembre, se dirigía a misa a ese sitio y pasó de madrugada por el Cerro del Tepeyac, cuando escuchó una voz que lo llamó por su nombre.

Al subir a la cumbre, se encuentra a la Virgen María, quien le ordena ir con el obispo Fray Juan De Zumárraga y pedirle que se construya un templo en su honor en el sitio.

“Hijito mío el más amado: yo soy la perfecta siempre Virgen Santa María, Madre del verdaderísimo Dios. Mucho quiero tengan la bondad de construirme mi templecito”, pidió.

Juan Diego cumplió con el encargo y, después de esperar un tiempo, comunicó al obispo lo dicho por la Virgen. El sacerdote no dio crédito a sus palabras algo que, según la tradición, el indígena notó de inmediato por lo que salió triste y desconsolado de la casa del párroco.

La historia relata que Juan Diego regresó al Cerro del Tepeyac la tarde del mismo día 9 para informar que nadie había creído en su mensaje.

“Muchísimo te ruego y con rigor te mando, que mañana vayas otra vez a ver al Obispo. Y hazle oír muy claro mi voluntad, para que haga mi templo que le pido”, le dijo la Virgen al indio chichimeca, según la tradición.

Juan Diego regresó al día siguiente, el 10 de diciembre, a la casa de Fray Juan De Zumárraga quien le pide una prueba para constatar la veracidad de sus palabras. Cuando el indio regresó al Cerro del Tepeyac, la Virgen le dijo que regresara al día siguiente al mismo lugar para darle la señal que pedio el párroco.

Juan Diego falta al encuentro

Pero el indio chichimeca no se apareció en el Cerro del Tepeyac el 11 de diciembre debido a que su tío Juan Bernardino informó de gravedad.

En la madrugada del 12 de diciembre, Bernardino pidió a Juan Diego que vaya al Convento de Santiago Tlatelolco para traer a algún religioso que lo confesara. En el camino hacia el sitio, Juan Diego evitó pasar por el Cerro del Tepeyac, aunque la Virgen se le termina apareciendo en la base del monte.

Cuenta la historia que la Virgen le aseguró que su tío se recuperaría y mandó a Juan Diego a la cumbre del Cerro del Tepeyac donde lo esperaba la señal pedida por el obispo.

“Hijito queridísimo: estas diferentes flores son la prueba, la señal que le llevarás al Obispo. De parte mía le dirás que por favor vea en ella mi deseo, y con eso, ejecute mi voluntad”, dijo.

Juan Diego llevó las flores recolectadas en su ayate a la casa del obispo. La tradición cuenta que cuando las desplegó frente al religioso, la imagen de la Virgen de Guadalupe apareció dibujada en la tilma del indio, tela que permanece hasta nuestros días en la Basílica.

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