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‘Culiacanazo’ tres años después: Los hijos del ‘Chapo’ Guzmán, impunes e intocables

La cacería contra los hijos del ex líder del Cártel de Sinaloa se ha detenido, en un intento de apaciguar al narcotráfico.

El 'Cualiacanazo' es recordado como una batalla perdida del gobierno contra el narco.

Fueron cuatro horas de terror. Se recuerda como El Jueves Negro porque, oficialmente, hubo ocho muertos (siete militares y un civil), 16 heridos, ocho soldados secuestrados y liberados poco después, 51 presos fugados del penal, 19 bloqueos en calles y avenidas, 68 vehículos militares con impactos de bala, así como agresiones al Cuartel Militar en Culiacán, Sinaloa.

Pero, los habitantes aseguran que hubo más consecuencias lamentables, entre fallecidos y heridos, inmuebles y comercios dañados por las metrallas.

“Yo iba por mi hija a recogerla en la escuela —dijo el profesor Juan Carlos Ayala — Me tocó ver un par de balaceras. Vi camionetas que iban llenas de personas armadas. Iban y venían, quemas de vehículos y muchas personas desesperadas huyendo de las balas”.

Hoy se cumplen 3 años de esa conflagración entre las Fuerzas Armadas y el crimen organizado del Cártel de Sinaloa.

Eran las 14:30 horas del 17 de octubre de 2019, cuando la zona comercial y turística del Desarrollo Urbanos Tres Ríos y las calles y avenidas del centro de la ciudad registraba el tráfico vehicular por la salida de estudiantes, empleados y trabajadores que acudían a la hora de comida a sus domicilios. Restaurantes llenos de comensales, cuando se produjeron los primeros balazos.

Una patrulla militar integrada por 35 elementos de la Guardia Nacional y el Ejército Mexicano localizaron a Ovidio Guzmán López alias El Ratón (hijo del narcotraficante Joaquín El Chapo Guzmán) en un suburbio del Desarrollo Tres Ríos. Lo detuvieron y tomaron el control de la residencia donde habitaba.


No pasó ni media hora, cuando en los radios transmisores (walkie talkies), de decenas de sicarios ligados al Cártel de Sinaloa, empezaron a enviar mensajes: “Pelear hasta la muerte y evitar la detención y extradición del patrón”

Otros mensajes fueron enviados a la milicia: “Cómo quieren el baile. Te estamos hablando bien. Suéltalo y vete tranquilo. No se te va a hacer nada. Nomás no lo sueltan y vas a valer…hijo de puta puta madre”.

Y advertían que ya iban en camino provenientes de otras comunidades de la sierra y costa de Sinaloa con mucha gente armada para rescatar al patrón.

Las balaceras se extendieron por casi toda la zona turística y céntrica de Culiacán. Mujeres cargando a sus hijos, corriendo hacia lugares de refugio. Las plazas comerciales, restaurantes, oficinas y colegios aglomeraban personas angustiadas.

Sicarios rodearon la ciudad y se atrevieron a cercar la Novena Zona Militar con la amenaza de matar a las familias de los soldados. Disparaban a diestra y siniestra por las calles, parque y avenidas de la ciudad. Se supo que en otras ciudades cercaron las bases militares de Cosalá, El Fuerte, Costa Rica.

Ovidio Guzmán fue detenido y poco después liberado un 17 de octubre de 2019.

El caos llegó al penal federal de Culiacán, que fue aprovechado para que escaparan 51 presos. En tanto, se tomaron de rehenes a 11 efectivos militares, dos oficiales y nueve de tropa.

En el informe oficial se dijo que los civiles armados sumaban más de 800, la mayoría jóvenes provenientes de la sierra y comunidades rurales de Sinaloa, todos armados con rifles de asalto y pistolas de alto poder. Mientras, que del lado del Ejército había unos 350 elementos.

Transcurridas cuatro horas de balaceras, caos, angustias, el presidente Andrés Manuel López Obrador dio la orden de cesar el operativo y liberar a Ovidio Guzmán “para no arriesgar a la población”

A las 19 horas, el hijo del Chapo Guzmán fue liberado, lo mismo que los militares secuestrados. La ciudad quedó en relativa calma, vacía, con un saldo de inmuebles y vehículos dañados por las balas

“Se desestimó el poder de convocatoria y la capacidad de respuesta de la organización criminal”, explicó al día siguiente el Secretario de la Defensa Nacional, Luis Crescencio Sandoval.

“Eso no volverá a suceder en Culiacán” afirmó el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya. Las circunstancias son diferentes. Los homicidios relacionados con el crimen organizado han disminuido considerablemente. En el mes de octubre se han registrado sólo dos casos.

Hasta la fecha, el presidente López Obrador solo ha reiterado que él dio la orden de suspender el operativo del Culiacanazo para salvar a cerca de 200 víctimas inocentes, que según sus propios cálculos habrían muerto de haber usado la fuerza del Estado para combatir al narco. Pero el proceso por las investigaciones concretas no suma mayores avances y entre la sociedad que sufrió directamente por el caos, las heridas siguen abiertas.

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