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Abasto de medicinas se agravará el próximo año

El complejo B, metoclopramida, amoxicilina, temozolomida y lopinavir, serán los tratamientos con mayor déficit: INEFAM.

Hacia 2023 y 2024 el desabasto intermitente de algunos medicamentos y tratamientos oncológicos o para el VIH no sólo no mejorará, sino que se agravará debido a que la compra consolidada bianual del Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI) considera decrementos de entre 88 y hasta 99.7 por ciento en el número de piezas a adquirir, en comparación con la de 2016-2018 y la del 2019-2021, en fármacos como el complejo B, la metoclopramida, el antirretroviral lopinavir, el antibiótico amoxicilina y la temozolomida, usada para tratar tumores.

José Quino, reveló que, por ejemplo, el lopinavir o el raltegravir de 800 miligramos, ya no se encuentra en las farmacias del IMSS de Querétaro, por lo que el ciudadano se tuvo que amparar para conseguir que le surtan el medicamento.

“Algunas claves de muy alto volumen que se llegan a consumir, estaríamos viendo un 20 a 30 por ciento por debajo de su consumo histórico de los últimos años, y en el grupo de antirretrovirales vemos algunos que se caen más del 90 por ciento, y nos parece contrastante”, alertó Enrique Martínez, director general del INEFAM.

Los cinco tratamientos con mayores caídas son el complejo B, la metoclopramida, para tratar las náuseas, la amoxicilina, el oncológico temozolomida y el antirretroviral lopinavir con caídas que van del 99.9 al 73.7 por ciento.

“De la apertura de ofertas, sabemos que ya de entrada 50 claves no recibieron oferta alguna, cercana al 10 por ciento del total, habría que esperar las revisiones del INSABI, otra característica de esta compra es que parece que están regresando los distribuidores y podrán participar”, detalló Martínez.

El organismo contempla una compra de 619 claves de medicamentos con 928.1 millones de piezas, de las cuales 42 claves se quedaron desiertas, 2.4 millones sin ningún proveedor interesado, de acuerdo con la apertura de propuestas.


Según estimaciones de la consultora, el INSABI prevé pagar por fármaco un promedio de 36 pesos, y el análisis está tomando de nuevo más de la cuenta, pero destaca el regreso a la licitación de distribuidores y la farmacéutica PiSA.

Vuelven a retrasar tiempos

Acorde con el calendario, el primero de diciembre el INSABI tendría que haber dado a conocer el fallo de la licitación para informar quienes serían los proveedores y así iniciar con la firma de contratos, para, a marchas forzadas comenzar con el abasto de medicamentos a inicios de enero en 2023.

Sin embargo, se informó que la decisión se daría a conocer el lunes 12 de diciembre, “debido a que aún se está realizando la evaluación de las propuestas recibidas”, puntualizó el INSABI en el documento.

Al cierre de la edición no se habían publicado los resultados.

“Mover la fecha es complicado, estamos hablando de muy poco tiempo para la entrega en enero, no es posible fabricar los medicamentos de un día para otro”, apuntó Rafael Gual, director general de la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica (Canifarma).

Agregó que se entablará un diálogo para recorrer las fechas de entrega del arranque, ya que algunos tendrían dificultad para iniciar la dispensación en un par de semanas.

“Es una licitación bianual, pero el problema está en los primeros meses, si se negocia que se puedan entregar después, pueden ampliar un poco los contratos que actualmente tienen, en fin, hay opciones para cubrir la demanda de los primeros meses”, refirió Gual.

Distribuidores PiSA y Maypo regresan a las licitaciones federales

Entre los 132 interesados en la licitación destaca el regreso de distribuidores y jugadores del sector que fueron ‘satanizados’ hace cuatro años por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, como PiSA y Farmacéuticos Maypo.

“De entrada la licitación contempla la entrega en más de 400 lugares, eso es complicadísimo para la industria farmacéutica entonces que se permitan, ayudará a que se pueda cumplir con esto”, subrayó Gual.

En 2019, el presidente López Obrador dio a conocer un memorándum donde se vetaban, de forma moral, a distribuidores de medicamentos por concentrar el 60 por ciento del mercado, entre ellos Farmacéuticos Maypo que, para la licitación bianual participa por un contrato de hasta 576.6 millones de pesos, para surtir medicamentos como tramadol y oxicodona.

En tanto, PiSA fue inhabilitada por la Secretaría de la Función Pública (SFP), pero únicamente para la compra que proviniera de recursos federales, por lo que en licitaciones o adjudicaciones de hospitales o instituciones sí podía participar y acceder. El castigo fue anulado por esa dependencia en junio pasado.

Para esta licitación PiSA presentó propuestas para insulinas, tramadol-paracetamol en tableta e inyectable, y midazolam, por un monto de hasta 2 mil 285.4 millones de pesos.

Lo anterior sin contar al distribuidor Tecnomed, que se presentó para 30 claves, por un valor de hasta 2 mil 654.3 millones de pesos.

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