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Arturo Herrera: Así fue mi lucha contra la crisis que provocó la pandemia

El titular de la SHCP defiende en entrevista con El Financiero la austeridad; la deuda que hubiera adquirido México, habría impactado a programas sociales de AMLO.

Los países pares de México respondieron a la crisis derivada de la pandemia gastando en estímulos fiscales para empresas, desempleados y la población en general, en cambio, el presidente Andrés Manuel López Obrador continuó con su campaña de austeridad durante el cierre de la economía argumentando que una menor carga de deuda facilitará la recuperación económica en 2021.

En entrevista con Bloomberg Businessweek México, Arturo Herrera, titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), defendió el camino que tomó la Administración de López Obrador para tomar la decisión de contratar deuda. El funcionario indicó que si México hubiera gastado como Canadá o Alemania habría pagado un interés de 350 mil millones de pesos más y la necesidad del ajuste implicaría la cancelación de programas sociales.

Herrera sabe que despachar desde las oficinas de Hacienda en Palacio Nacional implica tomar algunas de las decisiones más importantes y difíciles para el país.

La pandemia ocasionada por COVID-19 y cómo salir de la crisis económica entra en el top de las circunstancias más complejas que le ha tocado dirimir a un ministro de finanzas.

A Herrera le tocó armar un plan para contener el impacto económico de la crisis más fuerte desde 1932 en medio de una defensa de la austeridad pregonada por López Obrador.

Cuando el Gobierno de México decretó el 30 de marzo de 2020 la emergencia sanitaria por causa de fuerza mayor debido a la epidemia generada por el coronavirus, de inmediato brotó la incertidumbre entre las empresas y millones de trabajadores mexicanos que pendían de esos empleos. Sin duda, se avecinaba un cierre inédito de la economía.


No había opción, los países europeos habían hecho cierres de sus economías un par de meses antes, mientras que Estados Unidos había hecho esa acción el 31 de enero del 2020.

Para el 23 de marzo del mismo año, los mexicanos iniciaron un confinamiento y a ese periodo se le denominó Jornada Nacional de Sana Distancia. A pesar de su peso en la economía mexicana, se suspendieron las actividades en la industria automotriz, en la minera, en la de construcción y la de turismo al ser clasificadas originalmente como no esenciales.

Solo cuatro días después del anuncio del confinamiento en el país, el 27 de marzo de 2020, Estados Unidos aprobó el mayor paquete de estímulos fiscales de la historia ante el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 por un monto que llegó a un total de 2 billones de dólares para pagos directos a las personas y las familias, apoyos de seguro de desempleo y préstamos a pequeñas empresas.

México no siguió la misma ruta de apoyos fiscales que su vecino país del norte a pesar de múltiples solicitudes de la Iniciativa Privada y de advertencias de agencias calificadoras y organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional o la Comisión Económica para América Latina y el Caribe sobre la magnitud de la crisis sin apoyos fiscales.

Herrera justificó la decisión de no impulsar un paquete de estímulos fiscales bajo el argumento de que México sólo está autorizado constitucionalmente a endeudarse para construir obras públicas.

Además, el Secretario de Hacienda y Crédito Público advirtió que México no hubiera podido ni siquiera legalmente tener algún programa que sea para créditos blandos o para créditos a fondo perdido, e incluso aseguró que el país necesitaría planificar una recuperación estable a largo plazo. El funcionario, quien solo dejó de ir a la oficina cuando enfermó de COVID-19 la última semana de junio del año pasado, argumentó que inyectar paquetes de estímulo de una proporción similar a Canadá o Alemania lo habría cargado con enormes pagos de deuda en los próximos años.

Dijo que se necesitaba fortaleza fiscal, porque no solo se trataba del período de COVID-19, sino que la recuperación necesitará de todo un proceso acelerado para impulsarla.

Incluso, el funcionario dijo que a diferencia de las economías más avanzadas, un poco más de 25 por ciento de la deuda de México no está en pesos, de tal manera que si hubiera un movimiento en el tipo de cambio, como en febrero del año pasado, el impacto sería directo en los saldos de la deuda.

Si bien Herrera y su equipo hacendario están conscientes del impacto económico de la pandemia en las empresas, al poner “los pies sobre la tierra” reconocen que México tiene la recaudación más baja de América Latina y, con ello, menores márgenes de maniobra para contratar deuda respecto de otros países, por lo que ese espacio fiscal se tiene que administrar en los siguientes meses.

El funcionario fue reiterativo, en ese sentido, advirtió que si México hubiera gastado, como en Canadá o Alemania, el 20 o 30 por ciento del PIB, la deuda en México habría aumentado alrededor de 6 a 7 billones de pesos mexicanos.

La tasa de interés antes de que el Banco de México la bajara el 11 de febrero, implicó que el país “levantaba” dinero a 5.5 por ciento, destaca Herrera.

Incluso, Herrera advirtió que la deuda adicional que tendría México representa más que lo que el gobierno invierte en todas las universidades públicas y todas las preparatorias públicas del país.

Aunque se critica a México por no haber otorgado apoyos fiscales, el funcionario señaló que el gobierno sí ayudó a contener la catástrofe económica con una acción: la dispersión de 50 mil créditos por 50 mil millones de pesos.

El secretario dice también que cambiar el tratamiento fiscal en la frontera sur del país y la inversión en obras de infraestructura como la refinería Dos Bocas -diseñada para procesar una capacidad de 340 mil barriles diarios de crudo-, el Tren Maya y el Corredor Transístmico, son otras formas de acelerar el crecimiento en una región subdesarrollada como es el sureste de México.

Mencionó que Baja California, Chihuahua y Tabasco han recuperado sus empleos perdidos desde octubre con la pandemia, e incluso han ganado puestos laborales aún con la pandemia.

Herrera advirtió que Baja California y Chihuahua les ayudó por ser estados fronterizos y dijo que el caso de Tabasco es completamente diferente, ya que es un estado relativamente pequeño y se explica fundamentalmente por los trabajos en Dos Bocas.

El secretario lanzó una reflexión final sobre la pandemia: “esto no fue un tema coyuntural”, como fue la epidemia de influenza AH1-N1 en 2009, cuando el cierre económico fue de unas cuantas semanas.

Finalmente, el funcionario dijo que este es un tema en donde aún trabajan y donde parece que lo seguirán haciendo en esas condiciones por algunos meses más, es decir, un año y medio, por lo que el impacto en las finanzas públicas puede ser de largo plazo.

Por Zenyazen Flores y Bloomberg News

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