Silvina Espinosa de los Monteros
"Algún día aprenderán los hombres que el asunto más serio de la vida es gozar" es una frase de Gustave Flaubert que sirve como faro en medio de la oscuridad para Samuel Urquiaga, protagonista de El Abecedario (Alfaguara), la más reciente novela de Federico Reyes Heroles, que el próximo mes se presentará en la Feria del Libro de Minería.
Esta historia de duelo gira en torno a la pérdida de la mujer amada, compañera de vida de un profesor de filosofía, quien se debate entre el dolor y la necesidad de entender el abismo erótico-amoroso por el que cruza, por cual emprende la escritura de un abecedario que reúne conceptos tales como abrazo, olvido, pasión, juego, frenesí, aventura, cariño, imaginación, llanto, piel y voluntad, entre muchas otras acepciones.
"Este libro nació -explica Reyes Heroles- de pensar en la posibilidad de la ausencia. Quienes tenemos la fortuna de tener una compañera desde hace mucho tiempo, a veces damos por hecho que eso será para siempre y no necesariamente. Entonces, me pregunté ¿qué sucedería? Como le pasa a muchos novelistas, te aventuras a imaginar vidas que a lo mejor no te han tocado vivir".
Para el también autor de Noche tibia, a Samuel Urquiaga "le ha llegado el amor como a muchos de nosotros: arrojados y avasallados por él; de la primera caricia, a lo mejor ni se acuerda, pero después de la pérdida que ha tenido, quiere recuperar eso que había sido tan natural y que ahora renace por el contacto de una mano".
Reyes Heroles eligió a un profesor de filosofía, ya que necesitaba alguien capaz de construir ese abecedario: "Un personaje con cierto entrenamiento para ello, alguien que pudiera ordenar el dilema de Dios frente a sí mismo y explicarse por qué el azar tenía que caer en él, en el mal sentido de la palabra".
Un segundo factor para reforzar su elección era la posibilidad de que existiera un intercambio verbal con los estudiantes: "Si algo ordena las ideas, es eso. Y entonces, claro, Urquiaga a veces sale fascinado porque logró llevar a sus alumnos por el cauce que él imaginaba y, en otras, son ellos quienes lo sacan de madre y tiene que reflexionar sobre las cosas que le dijeron".
Respecto a la orientación filosófica de la obra, Reyes Heroles acepta que en ella impera "un esquema medio hegeliano". Lo explica del siguiente modo: "Las primeras veces en que aparece un concepto aún no racionalizado por el personaje, aparece en minúsculas. Y no es hasta que lo conceptualiza y dice: 'Ah, ya entendí que es PIEL… Y ojo, porque yo había tocado la piel mil veces, pero hasta ahora me doy cuenta del significado', de que la piel encierra, pero también exhibe, como dice la cita de Alfonso Reyes, es entonces cuando la pone en versalitas".
En ese sentido, el mayor reto con el lenguaje "era poder incorporar el diálogo que va teniendo el personaje con las palabras, como una ruta crítica de razonamiento. No es algo inútil, las palabras pasan a constituir parte de la trama".
¿Encarnan?, se le cuestiona. "Sí -responde-. Urquiaga va siendo distinto conforme va entendiendo, conceptualizando y viendo la manera en que puede utilizar eso en la vida real".
A diferencia de su novela Canon, que en algunos meses arribará a la pantalla grande, "El Abecedario es una historia fundamentalmente para lectores", comenta el también presidente del Consejo Directivo de Fundación Este País, ya que contiene elementos prácticamente intraducibles al ámbito cinematográfico: "Lo que yo quería con esta novela era rescatar para la literatura un ámbito que sólo es de ella".
Tras concluir la escritura del libro, hubo dos epifanías que su autor identificó. El hecho de que este texto era "la construcción de una salida racional de la oscuridad, que puede ser un instrumento muy útil para muchas personas". Y, en segundo lugar, "el descubrimiento de un mundo sensible, en el cual la piel y lo erótico dejan de ser lo primordial, porque tú te puedes enamorar de la biografía de una mujer o de su carácter, no importa que existan líneas de vida en la cara, puedes apasionarte tanto o más por la energía de vida de una persona, que por la frescura de una piel", destacó.