Apuntes Globales

Implicaciones de la elección de medio término

El tema de fondo en la elección de medio término de 2022 es que puede significar un golpe mortal para la democracia del país vecino del norte, dice Rafael Fernández de Castro.

“La democracia, como la conocemos, puede no sobrevivir en Arizona… No es una exageración. Es un hecho”.

Barack Obama, 2 de noviembre pasado, haciendo campaña en Phoenix, Arizona.

El próximo martes 8 de noviembre hay elecciones de medio término en Estados Unidos. Estarán en juego las 435 curules de la Cámara de Representantes, 35 curules (una tercera parte) del Senado, 36 gubernaturas y miles de puestos de elección popular a nivel estatal y local.

Las elecciones de medio término, por lo general, las pierde el partido que está en el Ejecutivo. Y los pronósticos para este 2022 vaticinan que los republicanos se apoderarán de la mayoría de la Cámara baja y tienen buenas posibilidades de llevarse también el Senado.

Los republicanos están machacando la alta inflación, que no se veía en 40 años, el incremento del crimen y el desastre migratorio en la frontera con México.

El presidente Joe Biden ha intentado impulsar a los candidatos de su partido, pero su baja popularidad le resta efectividad. De manera que ha sido el expresidente Barack Obama el más solicitado demócrata para apoyar en los lugares con elecciones altamente competitivas, como es justamente el estado de Arizona, con nueve escaños en la Cámara baja, uno en el Senado y la gubernatura.

Los demócratas están a la defensiva, con un mensaje incierto. Insisten en criticar la impopular medida que tomó la Suprema Corte de prohibir el aborto y el peligro que corre la democracia.

Considero que son cuatro las principales implicaciones del posible triunfo republicano el próximo martes. Por cierto, si se llevan ambas cámaras, los alcances serán más contundentes.

Primero: la democracia está en jaque. Tiene razón Obama. El rotativo The Washington Post ha calculado que cerca de 300 candidatos republicanos participando en la elección forman parte de lo que se denomina “deniers”, es decir, niegan los resultados de la elección de 2020 y proponen una reforma electoral sin escrúpulos para favorecer a su partido.

En una democracia es elemental que los partidos políticos y sus partidarios reconozcan los resultados electorales y respeten las reglas. Este ha dejado de ser el caso del ala conservadora-trumpista-aislacionista y mayoritaria del Partido Republicano.

EN ARIZONA

El caso de Arizona es significativo. Los cuatro candidatos a los puestos de mayor importancia no reconocen los resultados electorales.

Kari Lake, quien busca la gubernatura, señala que sólo una conspiración explica el resultado de 81 millones de votos para Biden en 2020. Blake Masters, candidato al Senado, repite una y otra vez “Trump ganó en 2020″. Mark Finchem, miembro de una milicia de extrema derecha y candidato a secretario de Estado, insiste que la legislatura de Arizona puede rechazar los resultados de la elección de 2020 (como secretario de Estado sería el responsable directo del manejo de los procesos electorales). Finalmente, Abraham Hamadeh, quien busca ser procurador de Justicia, ha prometido un día de justicia para aquéllos que le robaron la elección a Trump.

Segundo: sobrevendría una intensa parálisis gubernamental pudiendo rayar en falta de gobernanza. Los aguerridos candidatos pro-Trump en la Cámara baja, como Majorie Taylor Green, de Georgia, han prometido no sólo revertir los logros legislativos de Biden, sino también están decididos a entablar un juicio de desafuero “impeachment” contra el mandatario. Llegan con la consigna: vamos a acabar con Biden sin importar las consecuencias.

Tercero: se debilitará la ayuda militar y económica a Ucrania. Kevin McCarthy, representante de California, y quien sería ungido como presidente de la Cámara baja de ganar la mayoría los republicanos, ha sentenciado, “no habrá cheque en blanco para Ucrania”. Esto es, estarán de regreso los aislacionistas-trumpistas, quienes dejan pasar las salvajadas de Vladímir Putin, de Rusia.

Finalmente, se pavimentará el camino para el regreso de Donald Trump como candidato republicano para la Presidencia en 2024.

El Congreso juega un papel de primer orden en relación con México. En temas comerciales, laborales, migratorios, fronterizos y judiciales, los trumpistas en el Capitolio afectarán negativamente a nuestro país. Pero el tema de fondo en la elección de medio término de 2022 es que puede significar un golpe mortal para la democracia del país vecino del norte.

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