SAO PAULO. La huelga del Metro de Sao Paulo, capital financiera de Brasil y una de las doce sedes de la Copa FIFA de Futbol que arrancará el jueves, quedó suspendida de último minuto por decisión del sindicato, después de que fracasaron las negociaciones con el gobierno estatal; los trabajadores exigen un aumento de doce por ciento a sus salarios y el compromiso de las autoridades de no despedir a 42 de sus compañeros.
Segundo Ciro Moraes, uno de los líderes sindicales, explicó que en asamblea, los trabajadores decidirán mañana por la tarde si mantienen el paro, luego de que el secretario de Transporte Metropolitano del estado de Sao Paulo, Jurandir Fernandes, así como el dirigente del gremio, Altino dos Prazeres, no llegaron a un acuerdo al cabo de tres horas de pláticas; el gobierno de la entidad, encabezado por el socialdemócrata Geraldo Alckmin, candidato a la presidencia en 2006, no aceptó revertir los 42 despidos anunciados para el lunes, mientras estudia otros 13; por la mañana, anunció que hasta 60 metroviários serían cesados.
Prazeres manifestó que los inconformes no pretenden "perturbar" el mundial, pero advirtió que la huelga continuaría para defender a los despedidos y dijo que si su número aumenta, el sistema quedará sin personal capacitado para operar, pues Alckmin "arroja gasolina al fuego".
Fuerza Militar
Por la mañana, la Tropa de Choque de la Policía Militar lanzó granadas de estruendo para dispersar a estudiantes que apoyaban la huelga, durante enfrentamientos que dejaron 13 detenidos, que intentaron ingresar a la estación Ana Rosa, una de las 65 que componen la red. Fernandez explicó que los arrestados son "autores de actos de vandalismo". El domingo, el sindicato del Metro de Río de Janeiro amenazó con un paro indefinido, al exigir un alza salarial de 15 por ciento.
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