Reuters Los islamistas en el poder de
Túnez disolvieron al gobierno y prometieron rápidas elecciones en un intento por calmar las
mayores protestas desde la revuelta de hace 2 años, causadas por el asesinato de un líder opositor.
El anuncio del primer ministro Hamadi Jebali de que un gabinete interino de tecnócratas reemplazará a la coalición islamista se dio al final de una jornada que comenzó con el
asesinato de Chokri Belaid, un abogado de izquierda y político que hablaba por muchos quienes temen que los radicales religiosos quiten las libertades ganadas con las revueltas de Primavera Arabe.
No estaba claro a quién nombrará para su gabinete, pero la medida pareció ser bien recibida y las calles permanecían mayoritariamente en calma en la noche.
Los incidentes, en los que la policía informó que murió un oficial, habrían llevado a Jebali a tomar medidas.
Durante el día, los
manifestantes se enfrentaron a la policía en las calles de la capital y otras ciudades, incluida Sidi Bouzid, el epicentro de la revolución que derrocó a Zine al-Abidine Ben Ali en enero del 2011.
Jebali, de Ennahda, habló en televisión en la noche para declarar que las
semanas de diálogo entre varios partidos políticos para reestructurar el gobierno fracasaron y que reemplazará su gabinete con tecnócratas no partidistas hasta que se realicen elecciones lo más pronto posible.
Las protestas tras el asesinato de Belaid mostraron la profunda
división entre los movimientos islamistas y seculares, que temen que la libertad de expresión, la libertad cultural y los derechos de las mujeres estén amenazados a apenas 2 años de que una revuelta popular puso fin a décadas de dictadura.
La convocatoria a una huelga general para el jueves podría generar más problemas, aunque la familia de Belaid dijo que su funeral, otro posible punto álgido, tal vez no se realice hasta el viernes.
Los islamistas, que sobrevivieron a las décadas de férrea dictadura, han enfrentado críticas de líderes seculares de que intentan mezclar las ideas religiosas en el nuevo estado. Aún debe terminarse la redacción de una Constitución.
Miles de personas también protestaron en ciudades como Mahdia, Sousse, Monastir y Sidi Bouzid, donde la
policía lanzó gas lacrimógeno y disparó en advertencia contra manifestantes que incendiaron automóviles y una comisaría.