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Cese al fuego de las FARC: clave para el proceso de paz para Colombia

El gobierno de Juan Manuel Santos, presidente de Colombia, espera que con este nuevo acuerdo con las FARC se dé camino para el futuro del proceso de paz del país. 

BOGOTÁ.- Un nuevo alto al fuego unilateral decretado por las FARC a partir del lunes será clave para el futuro del proceso de paz colombiano, pues si se cumple y hay avances significativos en la mesa de negociaciones en La Habana, vendrá una tregua bilateral como antesala a la firma de un acuerdo de paz definitivo.

Al menos eso es lo que espera el gobierno colombiano, según un calendario anunciado por el presidente Juan Manuel Santos la semana pasada. Si no hay progresos podrían venirse abajo las negociaciones, advierte el mandatario, que se enfrenta en octubre a unas elecciones regionales a las que llega debilitado.

"Nuestras fuerzas armadas están listas para un gradual desescalamiento, si las FARC cumplen", dijo Santos al país en una alocución televisada el jueves. Pero si la guerrilla no cumple su parte, los militares estarán listos para enfrentarla, "con la determinación y contundencia con que siempre lo han hecho".

Al alto al fuego declarado por la guerrilla del 20 de julio al 20 de agosto el gobierno respondió con una reducción de su ofensiva en el conflicto, previo a la firma de una tregua bilateral. Así, el proceso de paz pende de un hilo y éste parece ser un punto de quiebre: o cesan las acciones militares de parte de ambos bandos, con la subsecuente tregua y paz, o se rompen las negociaciones y se sigue adelante con la guerra que ya lleva 50 años.

Durante la instalación del nuevo año legislativo el lunes, Santos exhortó a la unidad de los colombianos e invitó a los líderes del país "a que serenemos los espíritus y depongamos las armas entre nosotros" en favor de la paz.

"Si en algo necesitamos estar unidos, es en esto. Si algo debe unir a las fuerzas vivas del país es la paz. ¡Por supuesto que es la paz!", afirmó el mandatario.

Por primera vez desde que comenzaron las negociaciones de paz en noviembre de 2012, son más los colombianos (46 que prefieren una salida militar, frente al 45 por ciento) que apuesta por una solución dialogada al conflicto.

Este cese al fuego tendrá una duración de un mes que podría ser ampliada hasta a cuatro, y pone fin a un paréntesis de 56 días de hostilidades que siguieron a la ruptura de una tregua anterior y en los que hubo más de 20 muertos, decenas de heridos y ataques a oleoductos y torres eléctricas que dejaron sin luz a cientos de miles de personas. 

Santos suele citar al ex primer ministro israelí Isaac Rabin como inspirador de su estrategia de seguir negociando la paz como si no pasara nada en el campo de batalla. Pero afronta esta etapa con su popularidad en picada. Estos 56 días de enfrentamientos han herido su imagen y la del proceso de paz.

Hasta ahora hubo por lo menos seis treguas unilaterales. La última y más duradera duró cinco meses, de diciembre a mayo, pero fue rota en abril al morir diez militares tras una emboscada de la guerrilla cuando dormían en un polideportivo en Cauca. Aquel ataque provocó que Santos decidiera reactivar los bombardeos contra los campamentos de las FARC..

El contraataque causó la muerte de 40 guerrilleros y, pocas semanas después, el 22 de mayo, la guerrilla izquierdista declaró oficialmente el fin del alto al fuego.

Desde entonces, en las últimas ocho semanas ha habido un goteo diario de atentados e incidentes. El Centro para el Análisis de Conflictos (CERAC) ha contabilizado 145 acciones ofensivas de las FARC que han dejado 24 muertos, 22 de ellos policías y soldados y 66 heridos, según esta organización que recopila los datos cotejando versiones oficiales de la guerrilla, de las agencias internacionales, de los reportes de prensa y de llamadas al terreno.

Los ataques guerrilleros se han enfocado en la infraestructura petrolera y eléctrica y el hostigamiento a distancia contra puestos de la fuerza pública.

Santos afronta esta nueva etapa con el índice de popularidad más bajo desde que llegó al poder en 2010. El expresidente Álvaro Uribe, principal enemigo de Santos y del proceso de paz, aparece como el político más valorado por los colombianos, lo que podría llevar a su partido a importantes victorias de sus candidatos a gobernación en las elecciones de octubre.

Santos también insiste en el optimismo, lo cierto es que los fusiles se silenciarán, parcialmente, para dar un nuevo empuje al proceso de paz.

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