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Cae el ‘Galán de Tinder’, el brasileño que estafaba a mujeres; así era su modus operandi

Renan Augusto Gomes pedía grandes cantidades de dinero a sus parejas y luego desaparecía.

Renan Augusto Gomes, conocido como “El Galán de Tinder” fue detenido, en São Paulo, Brasil, luego de varios meses huyendo de la justicia. El hombre usaba sus redes sociales para atraer a sus víctimas, a las que enamoraba para después, pedirles grandes cantidades de dinero, y luego desaparecer.

El hombre fue denunciado por el Ministerio Público del Estado de São Paulo (MPSP) por estafa calificada caracterizada por la manipulación sentimental y afectiva de las víctimas. La detención había sido decretada tras una solicitud del Ministerio Público ante el tercer Juzgado Penal del Distrito de São Bernardo do Campo.

Según la fiscala que trabaja en el caso, Érika Pucci da Costa Leal, Augusto Gomes se presentaba en redes sociales, como Tinder y Happn como un ingeniero en busca de una relación seria. “Se presenta como un hombre cariñoso, atento, con historias de ausencia de un familiar cercano o de una gran carga de trabajo, pretexto que impedía a la víctima ser incluida en su círculo social. confianza también, desde el principio ya estaba trabajando para que las víctimas entregaran bienes u objetos de valor”, expuso.

Para Érika, el caso representa un paradigma criminal en los delitos de peculado sentimental.

Las víctimas

De acuerdo con medios locales, hasta el momento siete víctimas han identificadas, con edades que van de los 34 a los 40 años.

Una de ellas dijo a G1, medio local, que conoció a Gomes en Rio Preto hace diez años.


Su modus operandi, era parecido al del llamado “estafador de Tinder”, pues consistía en salir a comer en lugares caros y él no permitía que pagara la cuenta, hasta que un día, Gomes le dijo que había perdido la cartera y que necesitaba 300 reales (55 dólares) para viajar hasta la sede de su banco a resolver el asunto.

luego del desembolso, Gomes pidió 800 reales más (145 dólares), para comprarle un celular a un costo muy por debajo del establecido en el mercado y desapareció por un tiempo sin haber hecho efectiva la entrega del aparato ni el reembolso del dinero.

La víctima buscó más datos sobre el posible estafador, sin encontrar más que el contacto de un hermano. Al llamarlo, le preguntó si su familiar era ingeniero, a lo que respondió: “Solo fue ingeniero de la casita del perro”.

Como Gomes supo que la mujer seguía tratando de dar con él, la amenazó en distintas ocasiones.

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