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Una de cada 10 personas sufrió desnutrición en el primer año de la pandemia

La crisis sanitaria mundial puso a los alimentos saludables aún más fuera del alcande de muchas personas por el aumento de precios.

El hambre mundial se disparó el año pasado, superando el crecimiento de la población y probablemente alcanzando su nivel más alto desde 2005, ya que la pandemia de COVID-19 redujo los ingresos y el acceso a los alimentos, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Hasta 811 millones de personas, aproximadamente una décima parte de la población mundial, estaban desnutridas en 2020, dijo la ONU en un informe este lunes. La agencia indicó que ahora se necesitará un esfuerzo “tremendo” para que el mundo cumpla con la promesa de acabar con el hambre para 2030, y reiteró un llamado a transformar los sistemas alimentarios.

Las consecuencias de la pandemia pusieron los alimentos saludables aún más fuera del alcance de muchas personas, y el aumento de los precios de los alimentos de este año al más alto en casi una década es una noticia particularmente mala para los países más pobres que dependen de las importaciones. Los conflictos, el cambio climático y las recesiones económicas, los principales impulsores de la inseguridad alimentaria y la desnutrición, continúan aumentando tanto en frecuencia como en intensidad, y ocurren con mayor frecuencia en combinación.

“Si bien 2020 fue un desafío inmenso para el mundo, también puede ser una advertencia de eventos no deseados por venir si no se toman acciones más decididas para cambiar el rumbo”, dijo la ONU en el informe.

Entre 720 millones y 811 millones de personas estaban desnutridas el año pasado, según la ONU, que utilizó un rango medio de 768 millones debido a la incertidumbre sobre el impacto de la pandemia. La mayoría de ellos estaban en Asia. Aproximadamente un tercio de todas las personas carecían de acceso a una alimentación adecuada, una cifra que aumentó en 320 millones respecto al año anterior, casi tanto como en los cinco años anteriores juntos.

El informe, la primera evaluación mundial de la inseguridad alimentaria a raíz de la crisis de COVID-19, fue elaborado conjuntamente por agencias como la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, el Programa Mundial de Alimentos, Unicef y la Organización Mundial de la Salud.

Estos son otros aspectos destacados del informe

  • La desnutrición sigue siendo un desafío. Entre los niños y las niñas, el 22 por ciento menores de 5 años tenían retraso en el crecimiento, el 6.7 por ciento eran demasiado delgados y el 5.7 por ciento tenían sobrepeso, cifras que podrían ser más altas una vez que se conozca por completo el impacto de la pandemia.
  • Por cada 10 hombres con inseguridad alimentaria, había 11 mujeres con inseguridad alimentaria.
  • El informe describió políticas que podrían mejorar el acceso a dietas saludables, incluidas las autoridades que intervienen en las cadenas de suministro para reducir los costos de los alimentos nutritivos, las medidas de protección social y ayudar a los agricultores a abordar los problemas climáticos.

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