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Día del Niño: la triste historia en tiempos bélicos detrás de su origen

Durante la Primera Guerra Mundial millones de niños quedaron huérfanos, además eran obligados a trabajar en condiciones insalubres e inseguras.

El Día del Niño es una fecha estipulada por la ONU cuyo objetivo es reconocer los derechos de la infancia y tomar conciencia sobre las problemáticas que afectan a este sector de la sociedad.

En este día las personas acostumbran festejar a los niños con dulces, juguetes, regalos o con alguna diversión, sin embargo, el origen de esta celebración tiene una trágica historia.

Durante la Primera Guerra Mundial millones de niños quedaron huérfanos, además eran obligados a trabajar en condiciones insalubres e inseguras.

Esta situación llevó a la activista británica, Eglantyne Jebb, a impulsar la Declaración de los Derechos de los Niños, la cual fue aprobada por la Liga de las Naciones Unidas en la Convención de Ginebra el 26 de septiembre de 1924.

La Declaración asentó que “todas las personas deben reconocer el derecho de los niños a contar con los medios necesarios para su desarrollo, a recibir ayuda especial en épocas de necesidad, a tener prioridad en las actividades de socorro, a gozar de libertad económica y protección contra la explotación, y a acceder a una educación que infunda conciencia social y sentido del deber.”

Un año después, el 1 de junio de 1925, se declaró oficialmente el Día Internacional del Niño durante la Conferencia Mundial sobre el Bienestar de los Niños que se realizó en Ginebra.

La ONU eligió el 20 de noviembre como el Día Universal del Niño debido a que la fecha coincidía con la de la aprobación de la Declaración de los Derechos del Niño, el 20 de noviembre de 1959.

En México, este día se celebra desde 1924, cuando el gobierno de Álvaro Obregón y el Ministro de Educación Pública, el licenciado José Vasconcelos, aceptaron la ratificación de la declaratoria en Ginebra hecha por la Liga de las Naciones y establecieron como fecha oficial el 30 de abril.

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