Monterrey

Los cambios en Banxico y la FED

OPINIÓN. En relativamente poco tiempo, las instituciones financieras y comerciales se encontrarán enfrentando una fuerte prueba a la solidez sobre las cuales se encuentran construidas.

En los próximos meses, y por si no fuera suficiente la incertidumbre en el país, derivada de las hostiles negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y la presión que enfrentará México por las elecciones presidenciales del próximo año, se realizarán dos grandes cambios en posiciones estratégicas para el diseño, administración y regulación de la política monetaria y financiera de México y Estados Unidos (EU).

En particular, me refiero a la salida de Agustín Carstens y la entrada de un sucesor cómo Gobernador del Banco de México (Banxico), así como el cambio que se espera en quien dirigirá la Reserva Federal de EU (FED) al concluir su período Janet Yellen, y perfilarse Jerome Powell como favorito en la terna que presentará el presidente, Donald Trump, para sustituir a la economista en esta función.

En México, la designación del sustituto de Carstens, quien en próximos días deja su cargo para integrarse al Banco de Pagos Internacionales (Bank of International Settlements, BIS), está definida por la Ley del Banxico, la cual establece que el nuevo gobernador de la institución debe ser nombrado por el presidente Enrique Peña Nieto. En tanto se consolida el nuevo nombramiento, el subgobernador con mayor antigüedad actuaría como interino, correspondiendo esta responsabilidad a Roberto del Cueto, subgobernador en cargo desde el 4 de julio de 2007.

En tanto, los analistas financieros y políticos tienen entre los potenciales candidatos a dicho puesto a Manuel Ramos Francia (actual subgobernador y miembro de la Junta de Gobierno de Banxico), Miguel Messmacher (subsecretario de ingresos en la SHCP), Luis Videgaray (actual Secretario de Relaciones Exteriores) además de considerar como una opción a Alejandro Werner (actual director regional del FMI); no obstante este último requeriría promover y aprobar un cambio en la ley vigente, ya que si bien Werner cuenta con la nacionalidad mexicana y un amplio reconocimiento profesional dentro y fuera del país, su lugar de nacimiento es Argentina, limitando así su candidatura al puesto.

Por otra parte, en el caso de EU, Powell se ha destacado por ser el primer candidato a dirigir la FED y aunque no posee un perfil económico, financiero y académico, como lo fueron en el pasado reciente Ben Bernanke y Janet Yellen; tiene experiencia en bancos de inversión y en el Departamento del Tesoro de EU, él se integró a las filas de la FED desde 2012 y ha estado cercano a la línea de políticas de Yellen, enfocadas en reducir el tamaño de los activos de la FED en los próximos años e incrementar lenta y gradualmente las tasas de interés, revirtiendo así la política monetaria laxa ("quantitative easing") adoptada por el gobierno norteamericano a partir de la crisis financiera de 2008.

La lectura de estas medidas ha sido que el alza en las tasas de interés de largo plazo, base libre de riesgo para determinar el costo de financiamiento de cualquier proyecto, han subido la presión sobre el aún frágil desempeño de la economía norteamericana, poniendo en riesgo su crecimiento. No obstante, Powell se percibe como una persona más cercana y receptiva a las ideas de Trump sobre el impacto de la regulación financiera implementada a partir de la crisis de 2008 sobre los canales de crédito, en particular, a que los altos niveles de requerimientos en capital preventivo para los bancos han deteriorado los incentivos a elevar el crédito, limitando el acceso a liquidez a inversionistas y empresas, y por tanto reduciendo el potencial crecimiento de la economía. Si este fuera el caso, la alineación y potencial coordinación entre los intereses de política pública de Trump y de política monetaria de Powell mermarían la reputación de independencia de la FED, uno de los pilares fundamentales de la credibilidad de la política monetaria.

Así, en relativamente poco tiempo, las instituciones financieras y comerciales se encontrarán enfrentando una fuerte prueba a la solidez sobre las cuales se encuentran construidas, y seremos testigos de la capacidad de las mismas para defender la soberanía nacional, las ventajas en la apertura comercial, las reglas de estabilidad financiera, y la independencia de la política monetaria en cada país, elementos determinantes del crecimiento y desarrollo de largo plazo de la región.

El autor es Doctor en Economía por la Universidad de Chicago, Profesor-Investigador de la Facultad de Economía de la UANL y miembro del SNI-CONACYT Nivel 1.

Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.

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