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La aerolínea de la 4T sale ‘cara’: necesitará 100 mdp adicionales

La inyección que se requiere es de 160 mdd en vez de los 155 mdd que se preveían.

La propuesta inicial para echar a ‘volar’ una nueva aerolínea, apoyada por el gobierno mexicano y que emplearía a excolaboradores de Mexicana de Aviación, necesitará otros 100 millones de pesos adicionales, es decir, la inversión requerida se fijó en 160 millones de dólares y no en 155 millones de dólares, como al principio se planteó.

Fuentes inmersas en la conformación de la aerolínea dijeron a El Financiero que el gobierno sigue firme en su apuesta por colocar el 40 por ciento de los recursos a través de la Banca de Desarrollo, pero para ello necesita atraer otro 40 por ciento del capital de otros inversores privados.

Por ello, el Instituto Nacional de la Economía Social (INAES) convocó a los extrabajadores de la aerolínea a formalizar su adhesión a una cooperativa que será la depositaria de los recursos provenientes del gobierno.

Además, el INAES ha trabajado con un grupo de extrabajadores de Mexicana para crear un modelo de negocios durante el último año.

Por otra parte, el otro 20 por ciento será aportado por Salvador Álvarez, quien es director general de Altán Redes, empresa encargada de la Red Compartida, y a quien el presidente encomendó para la conformación de la línea aérea.

No obstante, el 40 por ciento que sería aportado por otros inversionistas queda por definirse y será, después de la conformación de la cooperativa, que el gobierno acelere la captación de capital para dar vida a la línea aérea.

La nueva empresa, que estima emplear a trabajadores de Mexicana de Aviación, pero que no será una forma de cubrir las liquidaciones aún pendientes, prevé iniciar sus vuelos en el nuevo aeropuerto de Santa Lucía con tres aviones, de los cuáles aún no está definido de qué fabricante serán.

En julio pasado, un grupo de extrabajadores de Mexicana de Aviación se reunieron en la Secretaría de Gobernación, así como con Salvador Álvarez, quien les planteó el proyecto de una nueva aerolínea, una situación que venían explorando los colaboradores de la línea aérea que dejó de operar en 2010, luego de que Gastón Azcárraga, entonces director general de la línea aérea, hiciera malos manejos de la compañía y por lo cual los trabajadores perdieron su fuente de empleo.

Tras esa reunión, el propio Salvador Álvarez, a través de su oficina de comunicación, dijo a este diario que él representaba a un grupo de inversionistas para la creación de una nueva empresa en el ramo aeronáutico.

“La participación es parte de un proyecto de interés personal, y no tiene relación alguna con Altán Redes”, respondió el empresario hace más de dos meses.

Cabe destacar que para echar a andar el proyecto aéreo, bastarían alrededor de nueve meses.

El plan, detallado entonces, consistía en iniciar con una flota aérea reducida, con aviones pequeños, vuelos nacionales, para luego expandirse en el siguiente lustro para obtener hasta 60 aviones.

Los bienes de la antigua aerolínea no estarán involucrados en el proceso de conformación ni de las cooperativas ni de la nueva empresa porque se encuentran bajo un proceso judicial, por lo que ni la base de mantenimiento (MRO) ni el Centro de Adiestramiento Técnico (CAT) servirán para capitalizar a la empresa.

Será con apoyo del gobierno que se destinen recursos como parte del capital de los trabajadores, los cuales, podrán vender sus participaciones después de cinco años en caso que la empresa resulte rentable

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