Culturas

'Luis Miguel la serie': ¿Culpable o no del regreso de 'El Sol'?

Daniel Krauze, coguionista de la bioserie Luis Miguel, que se transmite por Netflix, comparte el proceso de escritura para reconstruir en la pantalla la complejidad del ídolo pop que influyó a una generación entera de mexicanos.

La serie ha colocado a Luis Miguel como víctima de sus circunstancias: de su padre, de las mujeres que conoció, del voraz medio del espectáculo en que se desenvolvió. ¿Hay una intención de revelar el lado ingenuo o inocente de Luis Miguel al inicio de su carrera?

Creo que cualquier persona o artista que trabaja para mantener a su familia desde los 11 años es, en cierta medida, una víctima de su muy particular circunstancia. Me parece imposible que, cuando era un niño y apenas empezaba a cantar, Luis Miguel supiera la vida que su éxito desencadenaría. No es coincidencia que, muchos años más tarde, él mismo haya declarado que no le gustaría que sus hijos se dedicaran a ser artistas o cantantes.

Nadie escoge a sus padres, ni a la familia en la que nace. En ese sentido elemental todos somos, hasta cierto punto, víctimas de nuestras circunstancias. Lo que me parece fascinante de Luis Miguel –y lo que la serie retrata- es cómo él se rebela frente a esas circunstancias, eligiendo un destino y un rumbo para su carrera. Es, por lo menos en esta primera temporada, una serie con un cariz emotivo precisamente por eso. Un adolescente con ese padre, con la desaparición de su madre a cuestas, logra convertirse en uno de los intérpretes más escuchados de habla hispana. Como historia de un hombre superando a la adversidad me parece dramáticamente muy rica.

Durante mucho tiempo -incluso ahora, aunque en menor medida- Luis Miguel fue una figura aspiracional, principalmente para las clases medias. ¿Qué representa en la cultura y en la idiosincrasia mexicana? ¿Por qué es una figura tan importante también en Estados Unidos y América Latina?

El elemento esencial es un cierto sincretismo. Luis Miguel es un cantante nacido en Puerto Rico, de madre italoargentina y padre español, cuya carrera se forjó en México: una mezcla impresionante.

Desde el casting de Izán (Ilunas, el actor que interpreta al artista en su infancia), la serie retrata claramente que de niño Luis Miguel era más español que mexicano. Su padre, ya lo vimos, le enseñaba a cantar canciones flamencas. Más adelante, Luis Miguel, de la mano de compositores como Juan Carlos Calderón, logra aplicar ese estilo de interpretación a baladas románticas y pop que no parecían ancladas a ninguna geografía. No eran, digamos, propiamente mexicanas, ni argentinas, ni españolas, y eso las convirtió, me parece, en productos fáciles de digerir en cualquier región de Latinoamérica y España. Su estilo era único: una mezcla de voces, estilos y nacionalidades que hacían de su música un coctel único.

Además, al inicio de su carrera Luis Miguel supo importar, como tantos otros durante el México anterior al TLC, conceptos e ideas estadounidenses. Algunas de sus canciones más famosas -Será que no me amas, por ejemplo- son incluso covers directos de éxitos en inglés.

Finalmente, Luis Miguel adapta su modo de interpretación (llamémosle, si quieren, neoflamenco) al bolero y la balada mexicana, transformándolos a ambos y presentándoselos a generaciones que de otra forma quizás nunca los hubieran escuchado. Al inicio de su carrera hay un ímpetu por experimentar, y eso es un mérito por donde se le mire.

Su imagen es harina de otro costal, pero también es indudable que su forma de hablar y de vestir han influido, para bien o para mal, a una generación entera de mexicanos de clase media y media alta.

¿Cómo fueron los acercamientos a Luis Miguel, un artista que, de antemano se sabe, es hermético y discreto en casi todos sus movimientos?

En un inicio formé parte de un equipo de seis escritores. El contacto con Luis Miguel se dio directamente con la producción y los desarrolladores de la serie. Y me parece natural que así haya sido: en ningún momento esperé que un artista de ese tamaño se sentara junto a mí en un Starbucks para chismear.

El día que podía haberlo conocido se enfermó mi hija, que tenía menos de un año, y no pude viajar a Acapulco. Hasta la fecha me acuerdo y me da coraje. Aunque, quién sabe, quizás fue mejor no conocerlo para no contaminar el proceso de escritura de ninguna forma.

¿Cuál fue su experiencia al trabajar en esta serie?

A riesgo de sonar cursi, sigue siendo una experiencia maravillosa, seguramente irrepetible y completamente surreal. Mi meta siempre fue escribir para cine y televisión –eso estudié- y esta fue la primera gran oportunidad que obtuve, gracias, sobre todo, a Carla González Vargas, quien había leído Fallas de Origen, mi novela, y decidió darme una oportunidad en el equipo de escritores.

Había escrito esa novela y un par de colecciones de cuentos, así que nada me había preparado para entrar a Twitter y ver que algo que escribí, solo o en conjunto con otros escritores, ocupa las tendencias y las conversaciones en redes sociales. Todavía no puedo creerlo, la verdad. Se siente inmejorable ver que algo en lo que trabajaste por casi un año ahora genere polémica y sea visto por tantísima gente.

La serie llega en un momento clave en la carrera de Luis Miguel, cuando éste llevaba ya muchos años sin grabar un disco y atravesaba por una serie de problemas económicos. Incluso se habló de la debacle de su carrera. ¿Qué tanto colaboran las series biográficas a la reivindicación de los artistas? ¿De cierta manera esta serie formó parte de "renacimiento de Luis Miguel"?

En ningún momento sentí que ese fuera el impulso detrás de la producción. Jamás recibí una sola nota que dijera: "Ojo, aquí tenemos que hablar maravillas de Luis Miguel porque el chiste es reivindicarlo con su público".

La serie busca abordar a Luis Miguel como un ser humano tridimensional, con aciertos y errores, virtudes y flaquezas. Está lejos, creo, de ser una suerte de hagiografía: para prueba ahí están el quinto y el sexto episodios. Mucho del mérito va para Diego Boneta, un actor de veras comprometido, que llena de matices al personaje. Su rostro, sus tics y hasta su forma de hablar capítulo a capítulo trazan el cambio, no sólo de la figura pública a la privada, sino del adolescente atemorizado al hombre, complejo y solitario que veremos en los últimos capítulos. Y creo que el final conmoverá a todos los que hayan seguido la serie. No sé, sin embargo, si reivindique a Luis Miguel... En parte porque no creo que necesite reivindicación: el tipo sigue llenando todos sus conciertos. Lo cierto es que es difícil no simpatizar con un hombre que sufrió lo que él sufrió siendo tan chico. Eso, me imagino, lo hace una figura más humana y más entrañable. Ahora, evidentemente me gusta que la popularidad de la serie redunde en éxito para la música de Luis Miguel y que, después del capítulo 4, por ejemplo, Culpable o No vuelva a estar entre las canciones más escuchadas.

¿Qué tan televisiva es la vida de Luis Miguel? Sin duda su vida es interesante, pero, como guionista, ¿cuál es el gran drama en la vida de Luis Miguel?

El problema que tuvimos los escritores más bien fue escoger uno o un par entre cientos de puntos dramáticos. El capítulo 9 y el capítulo 10, por ejemplo, cambiaron muchísimas veces no sólo de locación, sino de conflicto central en la historia, simple y sencillamente porque teníamos muchos de dónde escoger y queríamos hallar el mejor y más interesante hilo narrativo. La vida de Luis Miguel estaba llena de drama. Tanto así que se nos quedaron un montón de personajes y conflictos en el tintero.

¿La serie obedece estrictamente a la verdad?

Cualquier serie o película biográfica debe partir de verdades y después ajustar las piezas para crear un relato que atrape. No hay manera de saber exactamente qué le dijo Luis Miguel a Mariana el 23 de abril de 1987. Vaya, ¡ni yo me acuerdo de qué dije ayer! La idea, no obstante, es respetar la biografía y la vida de Luis Miguel.

¿Qué tan clave es la figura de Luisito Rey en la carrera y la vida de Luis Miguel?

Independientemente de sus numerosos defectos, es ineludible que Luisito Rey impulsó la carrera de su hijo en un principio y lo contagió por el amor a la música y la interpretación. Es su padre, así que evidentemente es una figura importantísima. Lo notable, insisto, es cómo Luis Miguel supo desprenderse de él para volverse el cantante que, antes de cumplir los 22 años, ya había conquistado quién sabe cuántos récords de ventas. Ese es el arco dramático de la serie y creo que su conclusión, en el último capítulo, los dejará boquiabiertos. Ya verán.

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