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Narco frenaría boom de shale en México

La inseguridad en Tamaulipas es uno de los obstáculos que enfrenta el país para impulsar la explotación del shale y las inversiones de empresarios experimentados en EU podrían no llegar hasta que la situación mejore.

Las perforadoras de shale en Texas han tenido que enfrentar la oposición ambiental y costos al alza. A pocos kilómetros al sur de la frontera, en México, Ángel Torrez y sus compañeros de trabajo lidian con disparos de los narcotraficantes.

Cuando hombres armados balacearon en abril desde un improvisado tanque el Hotel Asya, Torrez se arrojó al suelo. Después del ataque, el operador de Weatherford International Ltd. y su equipo de 30 personas dejaron la ciudad escoltados por la policía.

Ciudad Mier, ubicada en la rica región en hidrocarburos de la Cuenca de Burgos, se ha convertido en una ciudad fantasma después de que la mayoría de sus habitantes ha huido tras años de derramamiento de sangre.


"Mi novia dice que ella no quiere que esté aquí", contó Torrez mientras descansaba en un banco frente a su nuevo hotel a unos pocos kilómetros de distancia. "Le digo que tengo que trabajar, no hay otra opción".

El predicamento de Torrez revela el desafío que enfrenta México en su intento por replicar la bonanza de shale que tiene lugar en Texas.

Mientras miles de soldados luchan contra narcotraficantes y ladrones de combustible, los legisladores desde la Ciudad de México preparan las normas para permitir a las empresas extranjeras perforar por primera vez en el país desde 1938. Invertir en México parece un paso natural para los empresarios que han llevado el auge a Texas, pero hasta que la violencia no disminuya es probable que eso no suceda.

"El shale no va a despegar en México como lo hizo en Texas en un futuro cercano", señaló Dwight Dyer, analista senior de la consultora Control Risks. "A menos que la situación de seguridad a lo largo de la frontera noreste mejore de forma significativa, las empresas más pequeñas probablemente se tomarán su tiempo antes de adentrarse".

La formación de roca sedimentaria de Eagle Ford debajo de gran parte del sur de Texas también se extiende a Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila. Mientras que los campos convencionales han sido explotados por décadas en el país, sólo 18 pozos de shale han sido perforados en el territorio, todos gestionados por Pemex.

Al norte de la frontera, decenas de empresas como Pioneer Natural Resources Co., Chesapeake Energy Corp., y Chestnut Exploration & Production Inc. han sido responsables de acelerar el auge de shale.

Estas firmas han tenido que superar innumerables obstáculos derivados de la intensa oposición de los ambientalistas y las comunidades sobre la contaminación de las aguas residuales así como los crecientes costos. El gasto en exploración y producción en Estados Unidos está por subir un 8.5 por ciento este año, según un informe de Barclays Plc.

ZONA DE RIESGOS

Aunque esos obstáculos son considerables, palidecen en comparación con los niveles de violencia en Tamaulipas, que a veces se asemejan a una zona de guerra.

Mientras Chestnut estaría interesado en estudiar las oportunidades en México en algún momento, no estará entre los primeros en entrar, dijo el presidente Marcos Plummer desde Dallas. La seguridad es uno de los frenos.

"Hay una gran diferencia entre Laredo y Nuevo Laredo, pero debajo de la tierra todo es lo mismo", dijo, refiriéndose a las ciudades a ambos lados de la frontera.

La captura de uno de los fundadores del Cartel del Golfo y el arresto el año pasado de jefe de Los Zetas, Miguel Treviño, dejó un vacío de poder que renueva la lucha entre los dos grupos y dentro del cártel del Golfo.

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