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Sam Bankman-Fried, el prodigio de las criptomonedas que tiene la ‘sartén por el mango’

Sam Bankman-Fried, el niño prodigio del trading cuantitativo convertido en criptomillonario, se embarcó en una juerga de acuerdos como ninguna otra en la breve historia de la industria.

Durante el lapso de 14 días en junio, Sam Bankman-Fried, el niño prodigio del trading cuantitativo convertido en criptomillonario, se embarcó en una juerga de acuerdos como ninguna otra en la breve historia de la industria. Las transacciones se produjeron en una sucesión vertiginosa: Sam, cofundador y director ejecutivo del intercambio de activos digitales FTX compró dos empresas, apuntaló a la plataforma criptográfica BlockFi e intentó salvar a otra, Voyager Digital, con un gran préstamo.

En total, Bankman-Fried comprometió alrededor de mil millones de dólares (mdd), una suma asombrosa para arriesgar (incluso para alguien con un patrimonio neto de 10 mil mdd) en medio de una crisis criptográfica que en ocho meses ha borrado 2 billones de dólares en valor de mercado. Para sus legiones de fanáticos ésta es una prueba más de que SBF, como lo llaman, es el mecenas de las criptomonedas, un inversor benévolo y adinerado que defiende a la industria en sus horas oscuras.

Tal vez. Pero una interpretación alternativa es que, al igual que John Pierpont Morgan hace un siglo y Warren Buffett en los tiempos modernos, Bankman-Fried está utilizando la mala suerte de los rivales para expandir su imperio sin gastar mucho. Y si con los rescates que está organizando quiere salvar a la industria, es en realidad porque la crisis, si es lo suficientemente grande, también podría afectar sus negocios. “Él no está haciendo esto por la bondad de su corazón, su ambición no conoce límites en este momento”, dice Chris McCann, socio general de Race Capital, una de las primeras firmas de riesgo en invertir en FTX, la empresa central de SBF.

¿Bankman-Fried controla la industria de las criptomonedas?

Podría resultar contraproducente, como sucedió con la declaración de quiebra de Voyager Digital días después de su préstamo de rescate. Pero si funciona, SBF habrá amasado un amplio control, directo e indirecto, de la industria. Esa es una imagen preocupante para los criptoconversos que creen que la descentralización es lo que hace que su mercado sea diferente. “Es peligroso para toda la industria tener conexiones con FTX”, dice Elliot Chun, socio de Architect Partners, una firma asesora de fusiones y adquisiciones y financiamiento estratégico. “Eso normalmente no es bueno para un escenario de libre mercado”.’

SBF dice que el mayor riesgo para la industria sería si nadie actuara. “Lo último que queríamos era que se propagara el contagio. Lo último que queríamos era que los activos de los clientes estuvieran desprotegidos”, asegura. La pregunta de “¿Hay una buena inversión que podamos hacer a cambio de eso? Eso fue algo secundario”.

Aun así, sus comentarios públicos y sus maniobras tras bambalinas sugieren que es casi seguro que se avecinen más y mayores acuerdos en el horizonte. Bloomberg informó que FTX estaba explorando comprar Robinhood Markets, la aplicación de corretaje que alguna vez valió casi 60 mil mdd antes de perder capitalización bursátil en los últimos meses.


Pero SBF expresó que no había negociaciones activas. El año pasado incluso planteó la idea de comprar algún día Goldman Sachs Group. No se sabe si estaba bromeando. Bankman-Fried tuvo un comienzo relativamente tardío en las aguas cripto. Graduado en física del MIT, no se sumergió por completo hasta 2017, cuando dejó la firma de trading cuantitativo Jane Street para iniciar su propia empresa, Alameda Research. Al concentrarse en las criptomonedas, pronto se hizo de un nombre, ya que Alameda subió rápidamente en un ranking en línea que clasificaba el desempeño de los traders.

Su creciente influencia fue útil cuando decidió iniciar FTX en Hong Kong dos años después (hoy con sede en las Bahamas). Con bajas comisiones y productos atractivos, pronto se convirtió en una de las plataformas más grandes en el comercio de derivados criptográficos. Se estima que él posee más del 50 por ciento de FTX, el 70 por ciento de FTX US (que arrancó en 2020) y casi la totalidad de Alameda.

El criptomillonario que va a la caza de gangas

Bankman-Fried ha gestionado hábilmente el capital de su empresa, asegura Lyn Alden, una estratega de criptoinversión, al tiempo que prima la rentabilidad sobre el enfoque de ‘crecer a toda costa’ que ha arruinado a muchos de sus rivales. Eso le permitió salir a la caza de gangas mientras el resto del mundo cripto se tambalea.

En junio compró Bitvo (una plataforma canadiense de comercio de criptomonedas) y Embed Financial Technologies (una empresa de servicios de corretaje). Mientras la caída de las criptomonedas se aceleraba a raíz del colapso de la moneda estable TerraUSD y las implosiones de Celsius Network y Three Arrows Capital, Bankman-Fried hizo dos de sus mayores movimientos hasta la fecha: le prestó al atribulado corredor Voyager Digital 485 mdd y rescató al prestamista de criptoactivos BlockFi con un salvavidas de crédito revolvente de 400 mdd que vino con la opción de comprar la compañía.

Voyager quebró antes de que pudiera aprovechar el préstamo. “No tuvimos meses para hacer la debida diligencia. No tuvimos semanas, tuvimos dos días”, dice Bankman-Fried, y agrega que el objetivo era proteger los activos de los clientes, no apuntalar su propio negocio.

El acuerdo de BlockFi tiene mejor pinta. Probablemente se hizo con la compañía, valorada por última vez en 3 mil mdd, por unos cuantos dólares, dicen los observadores de la industria. El rescate también fue una decisión estratégica para ayudar a FTX US a desarrollar su marca y ganar exposición frente a más clientes potenciales, dice Dan Matuszewski, cofundador de CMS Holdings, que ha invertido tanto en BlockFi como en FTX. La adquisición podría ayudar a Bankman-Fried a expandirse aún más en los préstamos criptográficos.

Bankman-Fried dice que su equipo ha analizado aproximadamente 10 acuerdos, incluso con Celsius y Terra, que él rechazó. Refiere que ha respaldado a un par de empresas en las que su participación no se ha hecho pública. Su equipo se ha estado acercando a empresas de las que se rumorea que enfrentan dificultades, estudiando sus balances para averiguar qué se necesitaría para salvarlas. “No conozco ninguna otra gran empresa que esté a punto de caer”, dice, “No puedo prometer que no haya ninguna. Ojalá hayamos pasado por lo peor”.

Algunos en la industria ya huelen problemas al observar cuánto poder está acumulando Bankman-Fried, especialmente cuando se toma en consideración Alameda Research, que se ha convertido en una influyente firma de trading y de capital riesgo. “Uno puede imaginar un escenario en el que si FTX continúa en estos niveles, ¿quién más estará presente?” cuestiona Chun de Architect Partners.

Las bancarrotas de Voyager y Celsius sacaron a la luz la enorme influencia de Bankman-Fried en la industria. Voyager reveló una red de inversiones y préstamos otorgados y recibidos entre la empresa y Alameda, y Celsius identificó a Alameda como uno de sus acreedores. “Lo que pasa con FTX y Alameda es que pueden hacer o deshacer proyectos”, advierte Toby Lewis, CEO de la firma de análisis Novum Insights.

Para muchos, Bankman-Fried, con su distintiva cabellera salvaje y la promesa de regalar prácticamente toda su riqueza, es una figura cultural a la que los criptoentusiastas pueden apoyar. Es activo en Twitter y no tiene miedo de hacer preguntas sobre la industria y su futuro. “La descentralización todavía necesita referentes”, dice Matthew Roszak, cofundador de la empresa de tecnología blockchain Bloq Inc. Pero eso no significa que Bankman-Fried no pueda ser oportunista cuando sus rivales están desesperados. Él no es un “salvador amable y gentil”, dice McCann de Race Capital. “No me engañaría ni por un minuto”.

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