En Zona Maco el arte dialoga en un espacio de contrastes. Los galeristas confían en que será un buen año para vender o hacer negocios, dado el prestigio de la feria, que atrae novedades: la galería neoyorquina Paul Kasmin se da a conocer en México, con un stand en el que destacan los letreros luminosos “the beginning” y “of the end” y una escalera de luces del artista chileno Iván Navarro.
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En otro pasillo se despliegan tres obras de la artista japonesa Yayoi Kusama -que recientemente causó revuelo en el Museo Tamayo-; entre ellas, una gran calabaza de bronce.
En la sección de arte moderno, lo mismo se puede encontrar una caja de zapatos o un saco colgado, que piezas que no se habían visto en México de Miró, Dalí y Picasso, en la galería barcelonesa Mayoral.
Una de las secciones más interesantes y que todavía no ha logrado consolidarse es la dedicada al diseño, donde hay piezas de Damian Hirst: calaveras y sillas, que superan los 300 mil pesos.