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Brexit, revés a la multiculturalidad

La salida del Reino Unido de la Unión Europea demuestra que la diversidad cultural no es del agrado de todos, pese a que desde 1957 el Viejo Continente se ha dedicado a construir un discurso de unidad, coinciden analistas.

La salida del Reino Unido de la Unión Europea demuestra que la diversidad cultural no es del agrado de todos, pese a que desde 1957 el Viejo Continente se ha dedicado a construir un discurso de unidad, coinciden en entrevista el sociólogo Roger Bartra y el escritor José Gordon.

El Brexit tiene muchas lecturas. Pero hay una de ellas, dice Gordon, que llama la atención por su carácter retrógrada: la negación a convivir con el otro. En el fondo, señala Bartra, miles de británicos rechazan a los inmigrantes, a quienes ven como una amenaza.

El sábado pasado, cientos de personas celebraban el Brexit en los pubs de Yorkshire, uno de los condados más grandes e industriales al norte de Inglaterra, donde arrasó la postura antieuropea a la hora del referéndum. Los habitantes de ciudades como Doncaster son, en su mayoría, empleados o transportistas. Fueron ellos quienes votaron en contra de la permanencia del Reino Unido. Y son ellos también los que observan con desazón la presencia de búlgaros, rumanos o somalíes.

"Hay miedo a los inmigrantes, sobre todo en ciertos sectores de la clase obrera y la pequeña burguesía. Muchos creen que les quitan el trabajo. Por eso asumen una actitud racista y reaccionaria", explica Bartra.

Gordon asegura que la salida del Reino Unido del bloque europeo es un retroceso irracional que pone en duda valores universales como la tolerancia, la pluralidad y la igualdad. "A lo que debemos jugar en el siglo XXI es al intercambio de todas las culturas. Si hay algún problema con el proceso de integración, hay que resolverlo, no echarnos para atrás", agrega.

Bartra describe al Brexit como una desgracia para Europa y para el Reino Unido. El único ganador, dice, fue el populismo, que por desgracia aún tiene raíces muy profundas en una sociedad tan conservadora como la británica.

"Desde hace tiempo existen movimientos antieuropeos en Inglaterra, Austria, Francia, Hungría o en España, donde Podemos ha manifestado este tipo de actitudes. La salida del Reino Unido alentará los movimientos nacionalistas populistas, pero a la vez los inhibirá porque los efectos desastrosos serán muy evidentes", considera el antropólogo.
Según datos de la Oficina Nacional de Estadística (ONS, por sus siglas en inglés), de 2011 a 2015 llegaron 2.4 millones de personas procedentes de la Unión Europea, principalmente de países como Rumania y Bulgaria. Entre 2014 y 2015 arribaron 330 mil personas, 39.4 por ciento más que en el periodo anterior.

La población musulmana también ha alcanzado cifras récord. Se calcula que, tan sólo en Inglaterra, hay 2.7 millones que profesan esta religión.
La multiculturalidad se verá afectada tarde o temprano, sobre todo en Londres, donde es normal escuchar hasta cuatro lenguas en un mismo barrio.

"Esta región es, junto con Escocia e Irlanda, una de las más afectadas. Londres ya se había convertido en una ciudad profundamente europea, cosmopolita, con un alto nivel cultural. Ellos son los que más lo van a resentir. Además, aumentarán las tensiones con los escoceses, quienes son tremendamente europeos", señala Bartra.

"Como decía Novalis: todo inglés es una isla. El Brexit me hace recordar un proverbio hindú: cuando tengas una mosca en la nariz, quítatela; no te cortes la nariz. Los ingleses se han cortado la nariz", concluye Gordon.

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