Y diez años más tarde, la dupla de Tom Brady y Bill Belichick regresaron al sitio al que estaban acostumbrados: la cima de la NFL.
La intercepción de Malcom Butler a un pase de Russell Wilson cuando restaban 20 segundos por jugarse en el Super XLIX permitió que la dupla Brady-Belichick levantara por cuarta ocasión el Trofeo Vince Lombardi tras vencer 28-24 a los Halcones Marinos de Seattle.
Así, de golpe, de la manera menos esperada y dramática, debido a que parecía que Seattle iba a ganar el partido, el Estadio de la Universidad de Phoenix atestiguó uno de los finales más dramáticos en la historia del juego por el título.
Y fue testigo, también, de la noche en que Tom Brady sumó su cuarto anillo de campeón, empatando a Joe Montana y Terry Bradshaw, además de darle la franquicia de Boston la revancha deseada, luego de caer en sus dos más recientes apariciones en el Super Bowl.