La situación de COVID-19 en China está al filo de la navaja, con un bloqueo de su centro financiero intensificado en medio de un aumento de nuevos casos e informes de nuevas subcepas de la variante ómicron que emergen a medida que estallan grupos en todo el país.
El país, que logró vivir gran parte de la pandemia sin virus después de sofocar su brote inicial en Wuhan, está experimentando su mayor aumento en las infecciones diarias desde ese periodo.
Shanghái reportó 9 mil 006 casos este domingo mientras la ciudad se prepara para evaluar a los 25 millones de residentes en sus últimos esfuerzos para eliminar las infecciones, en medio de informes de muertes no reportadas en un asilo de ancianos y escasez de alimentos . Toda la población se encuentra ahora bajo algún tipo de restricción de movimiento.
Miles de integrantes del personal médico de todo el país llegaron a Shanghái el domingo para ayudar con la prueba en toda la ciudad, informó la agencia de noticias Xinhua. El Ejército Popular de Liberación también ha movilizado a más de 2 mil médicos militares para apoyar el control del virus en Shanghái, según el PLA Daily.
Nuevos subtipos de la variante ómicron
A la preocupación por la situación en China se suma la aparición de lo que parecen ser nuevos subtipos de la cepa ómicron altamente contagiosa.
Un paciente de COVID en una ciudad a unas 40 millas de Shanghái fue diagnosticado con una nueva iteración del virus que evolucionó a partir de la rama BA.1.1 de ómicron, informó el fin de semana el periódico estatal Global Times, citando datos de secuenciación de las autoridades sanitarias locales. El informe dijo que el subtipo no coincide con otras cepas en China, ni con las enviadas a GISAID, la base de datos global para la secuenciación del coronavirus y el seguimiento de mutaciones.
Un caso en la ciudad de Dalian en el norte de China reportado el viernes tampoco coincidió con ningún coronavirus encontrado a nivel nacional, dijo el gobierno municipal en su cuenta de WeChat.
Con la situación en espiral, Beijing envió a la viceprimera ministra Sun Chunlan a Shanghái para supervisar los esfuerzos de prevención.
Sun ordenó a los funcionarios locales que redujeran el brote “lo antes posible”, lo que indica que China sigue comprometida con su postura rígida de Covid Zero a pesar de la escalada de la crisis. Durante gran parte de la pandemia, la nación ha buscado eliminar el virus, algo que se ha vuelto más desafiante a medida que el patógeno mutó para volverse más transmisible, evadiendo incluso los límites fronterizos y los regímenes de cuarentena más estrictos.