Salud

‘Será deseada o no será': Discurso violento contra maternidad persiste en México, según especialistas

A las mujeres que deciden no ser madres se les castiga simbólicamente al representarlas como la solterona, amargada, enojona o “la que nadie quiso”.

Si bien la tasa de fecundidad en México continúa a la baja, actualmente prevalece la presión social, el sentimiento de obligación y los discursos violentos hacia las mujeres que no desean ser madres o quieren postergarlo, aseguraron especialistas de la UNAM.

Tania Meléndez Elizalde, experta de la Universidad Autónoma de México (UNAM), detalló que, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en los años 60 la tasa de fecundidad en el país era de 6.9 hijos por mujer, en los 80 pasó a 4.8, en los 2000 disminuyó a 2.6, y en 2020 a sólo 1.9.

Este decremento, dijo mediante un comunicado, se prevé que continúe, pues para el año 2050 se espera que la tasa de fecundidad sea tan sólo en promedio de 1.7 por mujer.

A pesar del decremento en estos números, aseguró que en la sociedad prevalecen los prejuicios para aquellas mujeres que no quieren ser madres.

El uso de discursos violentos

Alejandra Collado Campos, especialista en Estudios de la Mujer por la UNAM, indicó que si bien poco a poco se han dinamitado ideas como considerar que las mujeres “nacieron para ser madres” y se impulsa que la maternidad debe ser una elección, actualmente esta decisión sigue siendo mal vista.

“Se rompe con ideas como el llamado instinto maternal o situaciones idealizadas en los medios de comunicación y productos culturales que indican que no hay nada más hermoso que ser mamá (...). Otro mito es que si no tienes hijos, estás incompleta”, expresó.

Otros discursos violentos, agregó, se dan en el rubro médico, religioso y el institucional.

“Ginecólogos dicen: útero que no da hijos, da tumores o que hay un reloj biológico; el religioso señala que las mujeres vinieron al mundo a procrear, y el institucional o de la familia refiere que si una mujer no tiene hijos ¿cómo va a dejar huella y cómo va a seguir el apellido?”.

Decidir no ser madre se atribuye a que algo no funciona bien con esa mujer y se le castiga simbólicamente al representarla como la solterona, amargada, enojona o “la que nadie quiso”, y no se concibe que pueda ser plena y estar feliz, desarrollarse completamente, sin tener que ser mamá. Sin embargo, esa carga negativa no existe hacia los hombres que deciden no ser padres.

“Una frase que usamos mucho en el feminismo es que la maternidad será deseada o no será. Es decir, que la maternidad es por decisión, no por imposición, por presión, porque nos dijeron que era una obligación hacerlo”, enfatizó.

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