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Somos., la serie de Netflix que narra la violencia del narco desde la perspectiva de las víctimas

La serie está basada en la masacre que Los Zetas cometieron en Allende, Coahuila, en 2011.

Este miércoles se estrena Somos., una serie de ficción producida por Netflix basada en un reportaje que la periodista Ginger Thompson escribió sobre la masacre ocurrida en Allende, Coahuila, en 2011.

Creada y producida por James Schamus, Somos. es la primera serie que aborda la violencia del narcotráfico desde la perspectiva de las víctimas, de acuerdo con la plataforma de streaming.

Escrita por Schamus y por las mexicanas Monika Revilla y Fernanda Melchor, la serie recrea la vida cotidiana de una pequeña comunidad rural que se ve azotada por una tragedia desencadenada por una operación fallida de la DEA.

¿Qué paso en Allende?

El 18 de marzo de 2011, sicarios del cártel de Los Zetas irrumpieron en el municipio fronterizo buscando venganza porque alguien los había traicionado.

Miguel Ángel Treviño, el Z-40, uno de los líderes de la organización criminal, se vengó de tres de sus operadores en la zona, Alfonso Cuéllar, Héctor Moreno y Luis Garza, quienes habían desertado y huido a Estados Unidos con millones de dólares producto de las ganancias del negocio criminal, de acuerdo con un texto de El País publicado en 2016.

Según el reporte, basado en una investigación del Colegio de México y la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas, la venganza en Allende fue contra familiares de esos operadores, e investigaciones posteriores arrojaron que al menos 26 personas fueron desaparecidas entre el 18 y 20 de marzo de 2011.

No obstante, otros testimonios señalaron que la furia del grupo criminal se extendió a Piedras Negras y otros municipios aledaños como Acuña, Nava o Villa Unión, pues en las siguientes semanas decenas de personas más desaparecieron, fueron secuestradas o asesinadas.

La investigación presentó dos narrativas. Una fue la de los hechos en Allende, donde según expedientes 11 personas fueron asesinadas y 17 desaparecidas. La otra fue una perspectiva más amplia de la venganza, en la que según exmiembros de Los Zetas detenidos en Estados Unidos, se habrían asesinado a unas 300 personas durante semanas y en varios municipios, refiere El País en su análisis de 2016.

“Nuestra serie dramática, Somos., se centra en los días previos a aquel terrible suceso y en las personas cuyas vidas cambiaron para siempre por culpa de la operación fallida de la DEA. Nuestra intención al contar esta historia es doble: por un lado, dar visibilidad a los individuos que nuestra cultura a menudo intenta borrar de nuestras percepciones y recuerdos; por otro, afirmar nuestra coexistencia con ellos”, compartió Schamus el 25 de mayo en un texto para la prensa.

Tras leer la historia de la periodista Thompson, Schamus quedó impactado por la historia detrás de los sucesos y por el hecho de que la tragedia no fuera más conocida, de acuerdo con la escritora Fernanda Melchor.

“Pensó inmediatamente en las posibilidades que la historia presentaba para ser convertida en una narrativa diferente, centrada en la experiencia de las víctimas”, expresó en unas notas sobre la producción de la serie.

En 2018, Schamus adquirió los derechos del reportaje de Thompson e inició una aventura de tres años, en la que se puso en contacto con Netflix México, firma que apoyó la propuesta.

Fernando Melchor agregó que una de las principales características del guión es la cantidad de personajes principales y de líneas narrativas que tiene, comparada con series tradicionales, por lo que mucho del trabajo de escritura se centró en la creación de un mosaico de personajes que fueran verosímiles y complejos, y que mostraran un amplio abanico de posibilidades de la experiencia humana ante la violencia.

“Si bien había que aprovechar los elementos dramáticos que el reportaje de Ginger Thompson develó al denunciar las acciones y responsabilidades de la DEA en la masacre, el reto de escribir Somos. consistió también en recrear el día a día de hombres, mujeres y adolescentes a quienes la violencia va cercando, y que, a pesar de todo, deben seguir adelante y buscar la felicidad como mejor puedan”, manifestó.

Sin embargo, por respeto a quienes realmente vivieron los hechos, la producción decidió que si bien se usarían elementos y anécdotas tomados de testimonios reales, se crearían los personajes desde cero, sin basarse en personas reales.

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