En los últimos ocho años, el estado de Michoacán se ubicó en los primeros lugares de inseguridad en el país, al incrementar sus índices delictivos en materia de fraude, extorsión, robo, homicidio y secuestro, todos ellos relacionados con la presencia de grupos criminales ligados al narcotráfico.
De acuerdo con el Índice GLAC, dichos niveles de inseguridad provocaron inestabilidad social, lo que derivó un desempeño negativo en los rubros Económico-Financiero y Político-Social.
Entre 2010 y 2011 repuntó la violencia como resultado de la disputa entre grupos delictivos, así como los enfrentamientos entre sus miembros y elementos del Ejército Mexicano y fuerzas policiales.
En 2012 vino el cambio de administración, pero aparecieron las denominadas "autodefensas", que fueron respaldadas por las autoridades federales y estatales para hacer frente al grupo identificado como 'Los Caballeros Templarios', antagónico de lo que se conocía como 'La Familia Michoacana'.
En 2014 continuaron los enfrentamientos y simultáneamente una parte de estos grupos civiles se convirtió en la "Policía Rural", pero la entidad se ubicó entre los primeros lugares en secuestro.
A partir de 2015, según el Índice GLAC, la negociación con los grupos de autodefensa continuó para abandonar las armas, y fue hasta 2016 que el gobierno estatal reasumió el control de la seguridad. Para este mismo año, el secuestro disminuyó; sin embargo, se mantuvo entre los primeros lugares.
En 2017, Michoacán fue la entidad con la segunda tasa de armas ilegales más alta del país como consecuencia del incremento en el robo, extorsión y secuestro, siendo Uruapan el municipio con mayor afectación en materia de secuestro.
Este año se caracterizó por ser uno de los más violentos en la entidad, con aumento en homicidio doloso y feminicidio. En forma simultánea reaparecieron los denominados grupos de autodefensa.
En el indicador de armas de fuego y su relación con el índice de secuestros, GLAC destaca que durante los últimos ocho años, la correlación entre ambos factores fue de 0.38 (asociación media), es decir, que una mayor presencia de armas de fuego ha estado asociada con un incremento en el delito de secuestro.
El 2014 fue el año con el peor desempeño de la entidad en el indicador, con 32 armas de fuego y 2.4 secuestros, ambos por cada 100 mil habitantes.
En 2016 registró su mejor desempeño, con 0.04 armas de fuego aseguradas y 0.73 secuestros; en 2017, 1.76 armas de fuego aseguradas y 0.79 secuestros y, hasta octubre de 2018, reportó 3.4 armas de fuego y 0.77 casos de secuestro.
Lo anterior ubicó a Michoacán en el lugar 25 a nivel nacional. El estado con el mejor desempeño fue Yucatán, con 0.05 armas de fuego aseguradas por cada 100 mil habitantes y cero secuestros, mientras que Tamaulipas se ubicó como el peor, con 7.5 armas de fuego y tres secuestros por cada 100 mil habitantes.