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Crimen, el ‘elefante en el cuarto del que nadie habla’: Felipe de la Mata Pizaña

El magistrado de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación dice que INE ha incumplido en prevenir la violencia electoral.

El crimen organizado es un elefante en el cuarto de la democracia del que nadie quiere hablar, reprochó Felipe de la Mata Pizaña, magistrado de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).

“Hay que decirlo con mucha sinceridad: hay un elefante en el cuarto de la democracia mexicana del que nadie quiere hablar y es justo la participación del crimen organizado; todos estamos así, como viéndonos y decimos ‘ups’, porque a la organización electoral no le conviene tampoco hablar del tema”, aseguró.

Durante una ponencia que dictó sobre la nulidad de las elecciones, la cual publicó en Facebook, el magistrado recordó que, a partir de la elección de 2021 en Michoacán, el TEPJF ordenó al Instituto Nacional Electoral (INE) implementar una política electoral nacional para prevenir factores de riesgo de violencia electoral.

Advirtió que el órgano electoral no ha dado respuesta de haber cumplido las medidas, entre las que destacan reconocer el problema, realizar convenios de colaboración con autoridades de seguridad pública y electorales, así como foros y consulta con expertos nacionales y extranjeros en materia de seguridad.

Explicó que se sugirió también realizar mapas de riesgo con acciones específicas; poner filtros de investigación para evitar candidaturas vinculadas a grupos criminales, y crear un protocolo de guía y actuación para salvaguardar la seguridad de autoridades, candidatos y ciudadanía.

El último punto ordenado, agregó, fue reglamentar la facultad de atracción preferente del INE, en cualquier fase de una elección con riesgo de violencia de grupos criminales.

Cabe destacar que el 5 de junio próximo se llevarán a cabo procesos electorales para renovar la gubernatura en los estados de Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas, estos dos últimos considerados focos rojos por la alta actividad del crimen organizado.

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