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Así se vivió el "Día sin inmigrantes" en EU

En respuesta a las políticas migratorias de Donald Trump, miles de extranjeros en Estados Unidos no acudieron a sus trabajos y diversos establecimientos cerraron en solidaridad a los migrantes.

Los inmigrantes de diversas partes de Estados Unidos se quedaron en casa el jueves en lugar de ir a la escuela o a trabajar, para demostrar su importancia para la forma de vida y la economía estadounidense, y muchos de los negocios cerraron sus puertas en un acto de solidaridad durante la protesta nacional denominada "Un Día sin Inmigrantes".

Este jueves 16 de febrero, reinaba un silencio inusual en el Mercado Italiano de Filadelfia. Restaurantes de lujo en Nueva York, San Francisco y Washington permanecieron cerrados. Tiendas de víveres, "food trucks", cafeterías y puestos de tacos en Chicago, Los Ángeles y Boston tampoco abrieron sus puertas.

También hubo algunas escuelas en las que los pupitres vacíos fueron mayoría.


La protesta nació a partir de las promesas de Trump de reprimir la inmigración ilegal y su decreto, que fue suspendido por cortes federales, que prohibía temporalmente que personas de siete países de mayoría musulmana viajaran a Estados Unidos.

"Todos los días temo no poder regresar a casa. No sé si mi mamá volverá a casa", dijo a AP Hessel Duarte, un joven hondureño de 17 años que vive en Austin, Texas, con su familia, y quien faltó a sus clases en la secundaria para participar en una de las protestas.

"Nosotros aportamos a la economía y la sociedad", dijo a Reuters Kia Allah, una maestra de 32 años que es musulmana y se describió como mitad puertorriqueña y mitad de raza negra en un mitin en el centro de Raleigh. "A veces la gente no escucha hasta que le tocan sus bolsillos", añadió.

La protesta incluso llegó al Capitolio federal, en donde una cafetería del Senado fue uno de varios establecimientos cerrados debido a que los empleados no se presentaron a trabajar.

Los organizadores atrajeron a inmigrantes de todos los estratos y condiciones, pero los efectos se resintieron en la industria restaurantera, que ha sido desde hace tiempo el primer peldaño en la escalera económica para los recién llegados a Estados Unidos, con sus múltiples empleos para cocineros, lavaplatos y meseros.


Restaurantes de lujo y de comida rápida por igual cerraron a lo largo y ancho del país, algunos porque no tenían otra opción, otros porque afirmaron estar con la causa de sus trabajadores inmigrantes.

"Lo más importante a resaltar de esta dinámica es que no es algo de empleado contra empleador", dijo Janet Murguía, presidenta del grupo Consejo Nacional de La Raza, un grupo en pro de los derechos hispanos. "Esto es de empleadores y trabajadores unidos, no en conflicto".

"Hoy en día los negocios no pueden funcionar sin trabajadores inmigrantes", añadió.

Desde 2007, el número de extranjeros empleados en Estados Unidos se ha incrementado de aproximadamente 3.1 millones hasta los 25.9 millones, y representan el 56% del incremento en el mercado laboral estadounidense en ese lapso, de acuerdo con el Departamento del Trabajo.

La industria restaurantera tiene casi 12 millones de empleados y los inmigrantes conforman hasta el 70% en lugares como Nueva York y Chicago, de acuerdo con Restaurant Opportunities Centers United, una organización que trabaja para mejorar las condiciones laborales. Se estima que 1.3 millones de empleados en la industria son inmigrantes que ilegales, indica el grupo.

Con información de AP y Reuters.


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