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Ucrania se ‘anima’ en la guerra y apunta a arrebatar Zaporiyia, su ‘perla atómica’, a Rusia

Los seis reactores fueron de las primeras estructuras en caer en la primera semana de la invasión rus a Ucrania.

Ucrania debe arrebatar a Rusia por la fuerza la mayor central nuclear de Europa, ya que los esfuerzos por establecer una zona de seguridad en torno a ella se desvanecen, dijo el máximo responsable nuclear de Kiev.

Petro Kotin, presidente del regulador nuclear de Ucrania Energoatom, puso en duda los llamados del Organismo Internacional de Energía Atómica para que las autoridades ucranianas y rusas impongan un perímetro de seguridad alrededor de la planta de Zaporiyia en el sur de Ucrania.

Los seis reactores, capturados por las fuerzas rusas en la primera semana de la invasión del 24 de febrero, han sido objeto de ataques de artillería y misiles, lo que aumenta el riesgo de una emergencia nuclear.

“No creemos que sea realista”, afirmó Kotin en una entrevista el martes por la noche sobre el esfuerzo del OIEA para establecer un colchón de seguridad. “Hay un nuevo año y no se ha creado esta zona”.

En cambio, Kotin dice que el escenario más probable es el retorno de lo que él llama la “perla atómica” del país al control militar ucraniano.

“Nuestra mayor esperanza está en las fuerzas armadas ucranianas”, explicó Kotin, que supervisa los 15 reactores estatales de Ucrania, a través de una videoconferencia. Si las fuerzas de Kiev son capaces de romper las líneas rusas y capturar la ciudad meridional de Melitopol, a más de 100 kilómetros al sur de la instalación, “la única opción será que los ocupantes abandonen la planta”, dijo.


Sopesando los riesgos nucleares

Los comentarios señalan que uno de los focos de tensión más peligrosos de la guerra seguirá siendo una zona de riesgo a medida que el conflicto se acerque a su segundo año. El director general del OIEA, Rafael Mariano Grossi, se mostró optimista el mes pasado ante la posibilidad de establecer una zona de seguridad.

El riesgo nuclear que plantea la ocupación del Kremlin también debe ser tenido en cuenta por los países que siguen haciendo negocios nucleares con Rusia por miles de millones de dólares, criticó Kotin.

“Esta es una de las bases sobre las que se sostiene esta guerra”, dijo. “Necesitamos detener este dinero que están recibiendo para financiar la guerra”.

El gigante nuclear estatal de Rusia, Rosatom, ha seguido desempeñando un papel descomunal en los mercados nucleares internacionales. Sus filiales siguen suministrando más de una quinta parte del uranio enriquecido que se utiliza en Estados Unidos y millones de europeos siguen necesitando su combustible nuclear para generar electricidad. Rosatom continúa trabajando en proyectos desde Bangladesh hasta Egipto y Turquía.

“Debe haber sanciones contra Rosatom hasta que termine esta guerra”, exigió Kotin. “Sus actividades internacionales deberían suspenderse hasta que pongan fin a la captura ilegal de instalaciones civiles”.

Rosatom reclamó la propiedad total sobre Zaporiyia en octubre, lo que obligó a los trabajadores a volver a presentar una solicitud ante la empresa estatal rusa para conservar sus empleos. El presidente de su consejo de supervisión, Serguéi Kiriyenko, que también es el primer jefe adjunto de gabinete del Kremlin, visitó la planta a finales del mes pasado en una acción condenada por el Gobierno de Kiev.

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