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Cuarta ola COVID en Rumania: Vacunación ‘se va por la borda’ por desconfianza de la gente

Los hospitales en el país siguen colapsados y cada día mueren alrededor de 300 personas por coronavirus.

El caos político, la inseguridad jurídica y la desconfianza hacia las autoridades ha provocado que la ya de por sí baja tasa de población vacunada en Rumanía, el 35 por ciento, se haya estancado de nuevo después del sólido repunte vivido a finales de octubre.

Después de tocar fondo a principios de septiembre, cuando se alcanzó el récord negativo de 4 mil nuevos vacunados diarios, Rumanía marcó un récord de 110 mil vacunados en sólo 24 horas el pasado 27 de octubre.

La razón hay que buscarla en parte en medidas aprobadas dos días antes como el toque de queda nocturno para los no vacunados y la prohibición de que entraran en comercios de bienes no esenciales y en establecimientos de ocio o gastronomía.

Caída de vacunación

Pero ese repunte se ha diluido en el caos político que vive el país y se ha desplomado hasta las 25 mil dosis diarias que se inyectan ahora, mientras los hospitales siguen colapsados, y mueren debido al COVID-19 unas 300 personas al día.

El mismo 27 de octubre en que se estableció el récord absoluto de nuevos vacunados, el Senado rumano rechazó por un voto de diferencia la ley que habría hecho obligatoria la vacuna para poder ir a trabajar a instituciones públicas y grandes empresas privadas.

Aunque la última palabra la tiene la Cámara de Diputados, el revés del Senado hizo pensar a los millones de escépticos que se resisten a ponerse la inyección que no se verían afectados por las restricciones.

Desde entonces, el número de nuevos vacunados diarios ha caído un 75 por ciento mientras unos partidos centrados exclusivamente en la gresca política paralizan mediante enmiendas en el Parlamento una ley que los médicos ven imprescindible para luchar la quinta ola de la pandemia que, advierten, se avecina.

“Los políticos sólo han pensado en repartirse el poder y la pandemia es la última de sus preocupaciones”, dice a EFE el analista y experto en comunicación y estrategia política Niels Schnecker.

Disputa política

El retraso de la aprobación de la ley y el riesgo de que su contenido se diluya tanto que acabe siendo inútil está también relacionado con la situación política del país: el pasado 5 de octubre una moción de censura tumbó al Ejecutivo conservador de Florin Citu, actualmente primer ministro en funciones.

“Un Gobierno en funciones no puede legislar por decreto y pasar un proyecto por seis comisiones del Parlamento, como está ocurriendo en este caso, es, sencillamente, una manera de matar una ley de este tipo”, explica Schnecker, que lamenta la pérdida de estas semanas preciosas para extender la inmunización.

Además de dar al traste con la ley, la ausencia de Gobierno y la batalla por cómo se repartirán las carteras en la coalición que varios partidos están negociando ha distraído una vez más a las autoridades de su obligación de reforzar los hospitales ante la previsión de una nueva ola.

“En este momento lo importante es que haya Gobierno, sea del color que sea, pero que exista un Gobierno que pueda hacer algo”, dice Schencker sobre los efectos que podría tener la gran coalición que el centroderecha prepara con la oposición de centroizquierda.

Al tiempo que los partidos se pelean por quién será primer ministro, los rumanos se relajan ante la caída en el número de contagios registrada en los últimos días.

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