Enfoques

Tailandia, el paraíso del turismo médico

Tailandia pareciera tener un letrero de promoción turística que anuncia: Venga por los templos de agujas doradas y las playas acariciadas por el sol; quédese por los servicios de salud de bajo costo acreditados por los Estados Unidos. O viceversa.

Monica Topliss hace una pausa mientras toma su desayuno en su hotel de Bangkok para explicar por qué viajó 7 mil 300 kilómetros en avión desde Australia para pasar por el bisturí de un cirujano plástico tailandés.

"Todo, con los pasajes aéreos y el hotel incluidos, me costó 15 mil dólares australianos, cuando en mi país, me habría costado el doble", dice Topliss, de 48 años, chef ejecutiva y autora de libros de cocina, refiriéndose a las intervenciones de aumento del busto y la ortodoncia cosmética a las que acaba de someterse. "Y el cirujano hizo un trabajo excelente. Es como si el reloj se hubiese atrasado 20 años. Más aún, también estoy pasando dos semanas maravillosas de vacaciones. Hasta los hospitales son como hoteles cinco estrellas".

Venga por los templos de agujas doradas y las playas acariciadas por el sol; quédese por los servicios de salud de bajo costo acreditados por los Estados Unidos. O viceversa.

Esto es el País de las Sonrisas en este momento, informará la revista Bloomberg Markets en su número correspondiente a diciembre. Los extranjeros que buscan tratamiento para todo, desde una cirugía a corazón abierto hasta una reasignación de sexo han transformado a Tailandia en el destino número 1 en el mundo para el llamado turismo de salud, atrayendo a 1.8 millones de visitantes extranjeros en 2013, según Patients Beyond Borders, una firma consultora con sede en Chapel Hill, North Carolina.

Esto clasifica a Tailandia, un país en desarrollo con un producto interno bruto per cápita de apenas 5 mil 700 dólares, por delante de los Estados Unidos, y también de sus vecinos más prósperos , Singapur y Malasia, como destino preferido de los pacientes internacionales.

El año pasado los turistas de salud inyectaron 4 mil 700 millones de dólares en la economía tailandesa, según estadísticas gubernamentales. "Si bien Estados Unidos sigue siendo la primera opción de los ultra-ricos, Tailandia es indiscutiblemente número uno para todos los que buscan una atención asequible", dice el fundador de Patients Beyond Borders, Josef Woodman.

BENEVOLENCIA DE INVERSORES

El turismo de salud no es el único sector en el que Tailandia tiene éxito. El país también se cuenta entre los mayores exportadores del mundo de productos tan diversos como unidades de disco para computadora, atún enlatado, arroz y caucho. Es el fabricante líder de autos en la región y el año pasado se clasificó como uno de los 10 destinos turísticos mundiales más importantes.

Estos puntos fuertes han implicado para Tailandia una considerable benevolencia de parte de los inversores, que se mostraron dispuestos a permanecer allí aun durante los meses de trauma político y social. En el último año, el país se vio sacudido por protestas callejeras violentas, un golpe militar, tres meses de crecimiento negativo y una caída del turismo, que representa 10 por ciento del PIB. 

"POR AHORA, BIEN"

Todo esto con una junta manejando la economía. "Por ahora, bien", dice Mark Mobius, presidente ejecutivo de Templeton Emerging Markets Group con sede en San Mateo, California. Mobius, que tiene a su cargo alrededor de 45 mil millones de dólares desde sus oficinas en Hong Kong y Singapur, es tan alcista con respecto a Tailandia que transformó al país de 68 millones de habitantes en el componente geográfico más grande de su Templeton Asian Growth Fund, por delante de China e India.

Aparte de los puntos fuertes en las áreas de industria, agricultura y turismo, Mobius también está impresionado por la resistencia de Tailandia frente a anteriores shocks políticos y económicos. "Creo que saldrán adelante, como lo hicieron anteriormente", dice.

El turismo de salud hace su parte. Un indicador de las acciones de 15 hospitales tailandeses, impulsadas por el turismo de salud, avanzó 54 por ciento en 2014 al 18 de noviembre. Entre las principales beneficiarias de estas valorizaciones en alza se cuentan tres de las dinastías de mega-millonarios de Tailandia.

ACCIONES DE HOSPITALES

Incluyen a la familia del difunto Chaleo Yoovidhya, que en 1987 cofundó Red Bull GmbH, la mayor empresa de bebidas energéticas del mundo, con el mega-millonario australiano Dietrich Mateschitz. Poco abiertos a los medios, los Yoovidhya, cuya participación de 51 por ciento en Red Bull tiene un valor de unos 10 mil millones de dólares, según el Bloomberg Billionaires Index, son propietarios del Hospital Piyavate de Bangkok, donde Topliss se realizó la cirugía mamaria.

Prasert Prasarttong-Osoth, de 80 años, un médico convertido en empresario que fundó Bangkok Airways Co., el operador privado más antiguo de Tailandia, es propietario de 20 por ciento de Bangkok Dusit Medical Services Pcl, el mayor operador hospitalario de Tailandia.

La acción de Bangkok Dusit avanzó 55 por ciento hasta el 18 de noviembre. Y la familia Sophonpanich, cuyo patriarca, Chin Sophonpanich, fundó Bangkok Bank Pcl, el prestamista más grande de Tailandia por activos, es dueña de 45 por ciento de Bumrungrad Hospital Pcl. 

"VERDADERAMENTE OPTIMISTAS"

"Los operadores hospitalarios son una de nuestras principales elecciones", dice Peerapong Jirasevijinda, que colabora en la gestión de 15 mil millones de dólares en BBL Asset Management Co. con sede en Bangkok. "Seguimos siendo verdaderamente muy optimistas pese a que no se han recuperado tanto últimamente".

Los militares tailandeses, que han montado 12 golpes desde 1932, no siempre inspiraron semejante confianza en los inversores. Después del golpe de Estado anterior en 2006, la junta impuso brevemente controles de capitales, lo que llevó a los gerentes de cartera a soltar las acciones. Esta vez, los inversores vienen apostando a que el plantel actual de generales, encabezados por el jefe del Ejército devenido primer ministro Prayuth Chan-Ocha, hará las cosas bien.

Prayuth, de 60 años, tomó el poder el 22 de mayo, luego de seis meses de protestas callejeras contra el gobierno electo de Yingluck Shinawatra. Desde entonces ha contenido las aparentemente insalvables divisiones entre la elite urbana y los pobres rurales.

Desde 2006, el país quedó sumergido en el desorden debido a manifestantes que representan facciones rivales con códigos de colores los llamados Camisas Amarillas apoyados en gran medida por las clases medias de Bangkok y la dirigencia monárquica y los Camisas Rojas simpatizantes de los ex primeros ministros populistas Yingluck y su hermano Thaksin, ambos ganadores de elecciones que luego vieron sus gobiernos destituidos por golpes.

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