Food and Drink

¿De verdad es mejor tomar refresco light que uno normal?

Los refrescos de dieta o sin azúcar podrían parecer como una mejor alternativa, pero algunos de sus componentes químicos tienen afectaciones a la salud.

¿10 de suadero y una ‘coquita’ light? Aparte de la infinidad de sabores de refresco, existen versiones de light, los cuales se buscan cuando se quiere tomar menos calorías y azúcares, ¿pero qué refresco podría ser menos dañino para la salud?

Según Harvard T.H. Chan School of Public Health, los refrescos entran en la categoría de bebidas azucaradas (cualquiera con azúcar agregada u otros edulcorantes como jarabe de maíz con alto contenido de fructosa, sacarosa, concentrados de jugo de frutas y más). 

La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) asegura: “no son una bebida recomendable, es decir, se deben evitar”.

Sin embargo, hay personas que tratan de minimizar el efecto negativo de los refrescos al consumir las versiones de ‘dieta’, ¿pero es suficiente?

¿Qué tipo de refresco es mejor?

Refresco regular

De acuerdo con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), las versiones de 354 ml de refrescos regulares contienen más de 10 cucharadas de azúcares agregadas, lo que se traduce a un total de 150 calorías que, en una ingesta cotidiana, puede perjudicar la salud.

El alto contenido en azúcar los ha posicionado como una de las bebidas con afectaciones negativas hacia los riñones y al corazón: National Kidney Foundation revela que el consumo de refrescos puede aumentar el riesgo de cálculos si contienen jarabe de maíz rico en fructosa; American Heart Association señala que puede aumentar el riesgo de enfermedad cardiovascular.


Otro de los contenidos que propician daño en la salud es el ácido fosfórico, presente en los refrescos oscuros como el de cola.

Laura Moreno, investigadora de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explicó en un artículo de Gaceta UNAM que se agrega esta sustancia para neutralizar el sabor dulce y hacer posible su consumo.

Según el National Institutes of Health (NIH), el ácido fosfórico se asocia a enfermedades renales, especialmente a las personas que beben dos o más refrescos por día.

En resumen, un refresco regular tiene muchas calorías y prácticamente ningún nutriente, por lo que su consumo cotidiano se ha asociado con:

  • Aumento de peso
  • Obesidad
  • Diabetes tipo 2
  • Deterioro cognitivo
  • Enfermedades cardiacas
  • Enfermedades crónicas
  • Mayor riesgo de muerte prematura

Refresco de dieta

Los refrescos light utilizan edulcorantes artificiales sin calorías en lugar de azúcar, lo cual podría dar la idea de que son más saludables para quienes quieren reducir el consumo de bebidas dulces.

La principal característica de los refrescos de dieta es su menor cantidad de calorías, aunque en su proceso de elaboración se utilizan otros tipos de endulzantes no resulta ser una opción del todo sana.

El sitio Eat this, not that, especializado en temas de salud y gastronomía, asegura que el consumo de este tipo de productos puede tener efectos negativos.

Nadie necesita refresco, regular o de dieta. Algunos piensan que el refresco de dieta es una mejor opción, porque ‘al menos no tiene calorías’, pero contiene sustancias químicas que encienden la mecha de algunas enfermedades crónicas”, explicó la especialista Naomi Whittel a Eat this, not that.

Algunos de los problemas que puede presentar el consumo habitual del refresco de dieta incluyen:

  • Posibles problemas para el sistema digestivo.
  • Cambios en el metabolismo.
  • Aumento en el riesgo de padecer diabetes.
  • Afectaciones en los dientes.
  • Afectaciones en la densidad de los huesos.

Aparte, de acuerdo con la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA por sus siglas en inglés, este tipo de bebidas contienen un aminoácido llamado fenilalanina que ha sido ligado con afectaciones al cerebro.

También son un tipo de bebidas que con altas cantidades de cafeína. Michelle Rauch comenta a Eat this, not that que dicho refresco puede “interferir con la absorción de calcio y provocar pérdida ósea cuando se consume con frecuencia”.

Además, Profeco agrega que las bebidas no calóricas con edulcorantes artificiales no deben exceder 2 tazas al día.

Alternativas para el refresco

En pocas palabras, la única opción sana es tomar agua simple y tratar de disminuir el consumo de refresco de cualquier tipo y que solo sean una bebida ocasional, más no cotidiana.

De acuerdo con el sitio especializado Consumer Eroski, para elegir el refresco menos dañino se pueden tomar en cuenta:

  • Endulzante: ¿lleva azúcar, edulcorantes o ambos? Los edulcorantes podrían ayudar a reducir el consumo de azúcar, pero no se recomiendan en ciertos grupos como los niños, además de que tienen los efectos adversos mencionados.
  • Zumo: aunque el zumo es un buen indicio nutrimental, pero hay que tener cuidado, ya que aportan azúcares libres que se comportan como los azúcares añadidos.
  • Información nutricional: busca refrescos con menos azúcares y calorías.

Si se busca algo con sabor, hay alternativas más saludables que el refresco como:

  • Agua mineral
  • Té sin azúcar
  • Aguas saborizadas sin azúcar
  • Jugos de frutas o vegetales

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