Esteban Rojas H.
México lleva 15 años con superávit comercial frente a Estados Unidos. Efectivamente, desde 1995 el país registra balances favorables en materia de intercambio comercial con su principal socio en el mundo.
La mala noticia es que dicho superávit marca ya una tendencia decreciente previo a un periodo de estancamiento; así, desde 2007 cuando México estableció una cifra histórica de 74,795.9 millones de dólares, el indicador registra una clara tendencia descendente.
De esta manera, al cierre de noviembre del año pasado el superávit comercial de México con Estados Unidos totalizó 57,417.5 millones de dólares, lo que se traduce en una contracción de 3.5% frente al saldo del año pasado durante el mismo periodo.
Desde que el superávit comercial tocó su punto más alto en 2007 y hasta el dato más actualizado, la contracción en flujos hacia la economía mexicana supera 20,000 millones de dólares.
El tema tiene varias aristas. Por un lado es clara la dependencia de México con su principal mercado, el estadounidense; mucho se habla sobre el tema de la dependencia con la principal economía del mundo, las cifras duras no dejan espacio a la duda.
Para el año que inicia, la posibilidad de una contracción en la actividad económica de Estados Unidos es un elemento que México debe tomar en consideración; tan sólo en 2009, cuando los efectos de la crisis subprime impactaron en México, el desplome económico fue superior a 6.0%.
Otro factor es el tipo de cambio. Comercialmente hablando, la fortaleza del peso no es el mejor estímulo para las exportaciones mexicanas, y tampoco es una buena noticia en medio de la tendencia que refleja nuestra balanza comercial con Estados Unidos.
La economía de México sigue siendo en el mundo una de las que presenta la más fuerte dependencia de un solo mercado.
Las exportaciones de nuestro país, dirigidas a Estados Unidos, significan 77.51% del total, en tanto que las importaciones están más diversificadas, al depender en sólo 49.88%, de acuerdo con cifras publicadas por el Banco de México.
La elevada dependencia de nuestro país no solamente contrasta con lo que sucede en la misma Unión Americana, sino con respecto a otras naciones latinoamericanas que presentan una mayor diversificación en su comercio exterior, como es el caso de Brasil y Chile.
En los próximos años será importante para México no solamente estimular su mercado interno, sino también disminuir su dependencia comercial de un solo país, lo cual será difícil de lograr de no existir una política de diversificación y un aumento en la productividad.
Economía