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Equipo de softbol regresa ‘a casa’ tras huracán ‘Otis’: ‘No conocía Acapulco y no pienso regresar’

De acuerdo con una de las jugadoras de softbol, viajaron alrededor de 30 horas por tierra y aire para regresar a Sinaloa.

No conocía Acapulco, y no pienso regresar. A lo mejor también dejó el softbol” comentó Montserrat Cardona Espinoza, una de las jugadoras que vivió más de 36 horas de angustia desde que el huracán ‘Otis’ empezó a causar estragos en la zona hotelera de Acapulco.

Su esposo, Jesús Jonathan Cardona Bustamante, lanzó una bendición a todos los damnificados y personas que todavía se encuentran varadas en la bahía guerrerense: “porque hay mucha desgracia”.

Montserrat y Jonathan son una pareja de seleccionados de softbol que participó en un Torneo Nacional de Primera Fuerza. El equipo femenil fue eliminado en la fase de clasificación, mientras los varones conquistaron el campeonato.

Regresaron este viernes en la noche a Culiacán en un trayecto por tierra y aire: primero, una camioneta los trasladó desde Acapulco a Chilpancingo, luego viajaron en autobús a la Ciudad de México, y finalmente en avión hacia Culiacán, Sinaloa.

Los jugadores que quedaron varados durante el huracán fueron Jesús Alfredo Lerma Martínez, Jesús René Cardona Bustamante, Jesús Jonathan Cardona Bustamante, Carlos Alexis García López, Rodolfo Peraza Jiménez, Montserrat Espinoza Anguis, Beatriz Reyes Camacho, además de la niña Alia Montserrat Cardona Espinoza, que acompaña a sus papás.

Equipo de softbol viajó a Acapulco para una competencia

Los esposos Montserrat y Jonathan, acompañados de su hija Alia, de tres años, salieron de Culiacán el 17 de octubre a bordo de un autobús con sus equipos, que participarían en un Torneo Nacional de Softbol de Primera Fuerza.


El evento concluyó el 22 de octubre. La selección femenil fue eliminada, mientras que la varonil obtuvo el campeonato. La mayoría de los participantes regresaron el domingo en la tarde.

Ocho jugadores masculinos, dos mujeres y una niña se quedaron un día más, pues planeaban regresar en avión haciendo escala en la Ciudad de México.

No obstante, se canceló el vuelo porque reportaron que en Sinaloa había malas condiciones por los efectos de la tormenta tropical ‘Norma’. Se los programaron para el miércoles 25.

Jugadora de softbol narra su experiencia con el huracán ‘Otis’

“Un día antes habíamos recorrido el puerto para conocerlo, había buenas condiciones, con un poco de viento” expresó Cardona Espinoza, quien se hospedó en el Hotel Amarea con los demás.

“En la noche nos recluimos en la habitación y como a las 12 de la noche empezó el sufrimiento porque el viento aumentó y empezó una lluvia fuerte, tronaban los cristales. Nos metimos al baño las dos mujeres y mi hija, mientras que los hombres que estaban en la otra habitación hacían barricadas, con las camas y los muebles para evitar que se rompieran las puertas y las ventanas”, explicó.

La madrugada del 25 de octubre fue cuando ‘Otis’ tocó tierra en la costa y comenzó a provocar los primeros estragos a toda la gente que se encontraba en Acapulco.

“Fueron horas interminables sin luz, sin agua, sin comida. Teníamos galletas y unos atunes en lata que comimos durante la noche”, explicó.

Pero lo que más les causó desesperación fue quedar incomunicados. No había servicio de telefonía en el hotel ni señal en sus celulares. “El último mensaje que pude mandar a Culiacán fue después de las doce de la noche del martes” dijo Montserrat.

Deportistas varados buscaron forma de regresar a Sinaloa

Dos de los hombres que iban con ella salieron el miércoles a buscar alguna forma para salir de Acapulco. “Consiguieron una Van y viajamos por carretera hacia Chilpancingo en un tiempo de casi 30 horas, por las condiciones de la misma. Allí conseguimos pasajes en autobús hacia la Ciudad de México”, compartió.

Ayer jueves pudieron comunicarse con familiares de Sinaloa y solicitar apoyo del gobierno. A través de los Instituto del Deporte de Guerrero y Sinaloa, consiguieron boletos de avión para viajar de Ciudad de México a Culiacán.

Durante su estancia en Acapulco, se refugiaron unos en una iglesia, además de permanecer en el hotel que se habían hospedado.

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