Culturas

Reyes Magos: La historia detrás del ¿mito o una realidad?

El Evangelio de San Mateo en la Biblia dice que varios ‘Magos’ estaban siguiendo una estrella hasta que llegaron a Belén para ofrendar sus regalos al niño Jesús.

Toda buena historia de fantasía necesita un mago o un sabio, y lo mejor es que si ese relato es ancestral el toque de magia raya en la perfección. Tal es el caso los Magos venidos de Oriente a ofrendar sus regalos al niño Jesús, como describe la Biblia, ya que había nacido el “rey de los judíos”.

El Evangelio de San Mateo en la Biblia dice que varios ‘Magos’ estaban siguiendo una estrella hasta que llegaron a Belén. La Biblia no especifica cuántos magos había, ni sus nombres, ni mucho menos si eran reyes.

El origen

Mateo relata cómo en Jerusalén los magos “venidos de Oriente” atrajeron el interés del rey Herodes I de Judea al anunciar el nacimiento de Jesús: “¿Dónde está el niño que ha nacido rey de los judíos? Porque observamos su estrella en su salida y hemos venido a rendirle homenaje“.

El Evangelio de San Mateo usó la palabra griega “ma’goi” para describir a los que visitaron al niño Jesús. La palabra probablemente se refiere a expertos en astrología y otras prácticas ocultas. Varias traducciones de la Biblia los llaman “astrólogos” o “magos”, de acuerdo con información de la Enciclopedia Británica.

Un mago es un hombre sabio, un chamán o un maestro de la antigua tradición. La palabra “mago” proviene del persa “mago”, el nombre de la venerable secta de magos ocultos y expertos en astrología que eran los nigromantes de Nabucodonosor y los observadores de estrellas de Ciro.

¿Por qué oro, incienso y mirra?

La tradición oriental establece el número de magos en 12, pero la tradición occidental establece su número en tres, probablemente basado en los tres regalos de “oro, incienso y mirra” presentados al niño Jesús, según la Enciclopedia Británica.

“Y he aquí que la estrella que habían visto en el Oriente iba delante de ellos, hasta que llegó y se detuvo encima del lugar donde estaba el niño. Al ver la estrella se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa, vieron al niño con María su madre y postrándose, le adoraron; abrieron luego sus cofres y le ofrecieron sus dones de oro, incienso y mirra” (Mateo 2: 9-12).

Estos tres dones tienen un significado simbólico importante según relatan los expertos en la Biblia.

Oro: porque Jesús fue considerado el “Rey de Reyes” y también en la antigüedad el oro era el regalo destinado a los reyes y altos dignatarios.

Incienso : Jesús era el hijo de Dios y las divinidades son honradas quemando incienso en los altares de los lugares de culto.

Mirra: Jesús también fue un hombre de carne y hueso y como tal también tuvo que morir. La mirra es una resina que se usa para ungir el cuerpo del difunto.

Melchor, Gaspar y Baltazar

En el siglo V, el teólogo Beda , conocido como ‘El Venerable’, registró que “el primero de los magos fue Melchor: un anciano de larga cabellera blanca y luenga barba (…) el segundo, Gaspar, joven, imberbe, de tez blanca y rosada (…); el tercero, Baltasar, de tez morena…”. A partir de entonces a los magos se les invistió como reyes.

El evangelio no indica el número de sabios ni sus razas. Fue en el siglo V cuando el Papa León I decidió oficialmente que los Reyes Magos eran tres, uno por cada regalo ofrecido a Jesús: oro, incienso y mirra. El número también podría deberse a la relación que tiene con la Santísima Trinidad.

Los nombres de los Reyes Magos fueron documentados en un mosaico bizantino por primera vez en el siglo VI de la Basílica de Sant ‘Apollinare Nuovo en Ravenna (Italia). En él están inscritos los nombres “Melchor”, “Gaspar” y “Balthazar”.

Nadie sabe dónde están ahora estos tres sabios o Reyes Magos. Lo que sí es es seguro es que tuvieron que trabajar todo el año para que este 6 de enero millones de niños en el mundo encuentren sus regalos en sus casas.



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