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COVID deja huérfanos a más de 167 mil niños en EU; afroamericanos e hispanos, entre más afectados

El informe titulado Hidden Pain detalló que los infantes afroamericanos e hispanos perdieron a sus cuidadores en una proporción de más del doble que los niños blancos.

LAREDO, Texas.- Las pérdidas que ha dejado la pandemia a su paso por Estados Unidos no solo han sido monetarias, sino también de personas que fallecieron por la enfermedad y en esta situación, los principales afectados resultan ser los menores de edad.

De acuerdo con un informe titulado Hidden Pain, realizado por investigadores de la Universidad de Pennsylvania del Nemours Children´s Health & Covid Collaborative, de enero de 2020 a noviembre de 2021, más de 167 mil niñas y niños menores de 18 años perdieron a un padre, madre o cuidador en el hogar debido al COVID-19.

El informe reveló que los infantes afroamericanos e hispanos perdieron a sus cuidadores en una proporción de más del doble que los niños blancos, mientras que los nativos americanos, de Alaska, Hawai o de las Islas del Pacífico, se despidieron de sus responsables a una velocidad cuatro veces mayor al de los niños blancos.

Por lo anterior, las cifras de defunciones quedaron de la siguiente manera: afroamericanos no hispanos, 32 mil 287; blancos no hispanos, 51 mil 413; hispanos, 64 mil 163; asiáticos, 7 mil 974; nativos de Hawái o las Islas del Pacífico, 776; indio americano o nativo de Alaska, 3 mil 946.

Los cinco estados donde más se concentran las defunciones referidas son: California, Florida, Georgia, Nueva York y Texas, los cuales en conjunto representaron el 50 por ciento de los fallecidos.

Ante esta situación, expertos en salud mental afirman que los menores necesitan servicios de apoyo para afrontar las pérdidas sufridas.

“Algunas familias perdieron a muchas personas en un lapso de pocos meses y al tener una pérdida tras otra —ese tipo de acumulación de más dolor— vemos niveles más altos de angustia en algunos de los niños”, dijo Cecilia Segura-Paz, una consejera-supervisora profesional con licencia en el Children’s Bereavement Center del sur de Texas.

Y es que debido a la pandemia, muchos de los infantes no tuvieron la oportunidad de despedirse de sus seres queridos o asistir a sus funerales por las restricciones que habían y eso dificulta el proceso de duelo, aumenta la ansiedad, depresión y otros trastornos relacionados a la salud mental.

Segura Paz, argumentó que existen otros factores como las dificultades económicas existentes; la inseguridad alimentaria o de vivienda, así como las interrupciones en la educación, complican el duelo de las comunidades más desfavorecidas al sur de Texas.

El otoño pasado, la American Academy of Pediatrics, la American Academy of Child and Adolescent Psychiatry y la Children’s Hospital Association declararon el estado de emergencia nacional en materia de salud mental infantil. Tras esto, el gobierno del presidente Joe Biden dirigió algunos apoyos a programas de salud mental para estudiantes, y varios estados aprobaron leyes relacionadas a esto mismo.

Sin embargo, a pesar de los esfuerzos, no existen esfuerzos que se centren exclusivamente en apoyar a los niñas y niños que perdieron a sus cuidadores.

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