Tokio 2020

Esperanza de medalla para México: Diego Balleza, clavadista que debutará con un amuleto ‘en su corazón’

A los 11 años ganó la medalla de oro en el Campeonato Panamericano Junior.

Si hay una palabra que para Diego Balleza defina a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 es ‘sueño’, porque ¡lo logró!, llegó a la máxima justa deportiva, una ilusión que tenía desde que era niño.

El joven de 26 años, oriundo de Monterrey, Nuevo León, representará a México en los en la categoría clavados sincronizados en la plataforma 10 metros. Logró clasificar tras obtener, junto con Kevin Berlín, 431.19 puntos en la última competencia del Control Técnico Nacional de Clavados 1ª Fuerza.

De cara a lo que son sus primeros Olímpicos, afirma que se mantiene concentrado en los entrenamientos a pesar de que aún le afecta el cambio de horario.

“Estoy cansado por el cambio de horario, pero muy concentrado en ir entrenando, en ir mejorando los detallitos que hacen falta, hay que concentrarnos en eso. Ya tenemos tiempo entrenando y pues, claro, ahorita solamente es focalizar cada detallito y derecho a la competencia”, dijo en entrevista con El Financiero.

Desde su habitación en Villa Olímpica, Balleza describe cómo es su rutina en la sede de los atletas:

“Un día normal consiste en desayunar, ir a los entrenamientos en los horarios que nos toque, varía dependiendo del día. Claro que aquí son más rápidos, directo a lo que tenemos que hacer. Acabando de entrenar comemos, hacemos terapia y descansamos para ir a entrenar otra vez, ya sea que nos toque pesas o ir al (entrenamiento) acuático. Regresamos, cenamos y dormimos”.

Desde niño ha soñado en competir en unos Juegos Olímpicos, “es a donde todo deportista aspirar a ir, es como un trabajador que quiere llegar a ser gerente, trabaja para ello. Nosotros trabajamos para esto, entonces que disfrutarlo y competir felices”.

A los 11 años ganó la medalla de oro en el Campeonato Panamericano Junior. Fue un momento clave en su vida, pues ahí decidió que ‘lo suyo’ eran los clavados, un deporte que requiere de mucha precisión para realizar ejecuciones en el aire de manera elegante y estética.

El atleta nuevoleonense ha sobresalido en varias competencias internacionales. En 2019 obtuvo medalla de oro en el Grand Prix de Estados Unidos y Canadá, y se llevó el bronce en el Mundial de Natación FINA. Ese mismo año ganó el Premio Estatal del Deporte en Nuevo León.

Hace cinco años no logró su pase para los Olímpicos de Río 2016, y desde entonces, vino uno de los episodios más desafiantes en su vida: prepararse para Tokio.

“Estos cinco años han sido desafiantes, el reto cada día de despertarte a la seis de la mañana, aguantar los dolores y las lesiones, son cosas que nada más uno como deportista sabe; tienes que salir adelante con operaciones, con infiltraciones, con ondas de choque, eso es lo difícil. Es el reto que cada día enfrentamos, pero todo tiene su recompensa, y ya la tenemos”.

Tras este camino lleno de victorias y desafíos, Diego asegura que Tokio 2020 no representa ningún reto porque el objetivo ya se cumplió.

“No hay reto, el reto ya pasó, era clasificar y ahorita ya estamos aquí, así que a disfrutarlo, a vivirlo, a competir como nos gusta, tranquilos y felices. Competir sabiendo que ya somos clavadistas olímpicos, somos ese top en el mundo. Fuera de eso todo está bien, esto es una fiesta olímpica”.

Ese ánimo se alimenta de los esfuerzos cotidianos que ha hecho para llegar a los Olímpicos, situación que sellará un antes y un después en su vida.

“Lo que más me ha marcado como clavadista es llegar aquí, el saber que sí se pudo, que después de 20 años se pudo llegar a lo más importante del deporte del mundo. Ya el estar aquí es lo mejor para dejar una huella en el mundo”.

Su referente favorito en el mundo de los clavados es Germán Sánchez a quien define como su ídolo “por la forma en cómo ha sobrepasado las cosas y la manera en que ha llevado las competencias a un nivel bueno”.

Diego debutará el próximo 26 de julio en las Olimpiadas y destaca que sus motivaciones más grandes son su familia, sus seres queridos y sus amigos.

Pero también, una parte esencial que contribuye a que mantenga un pensamiento positivo son las doctrinas de las que es partidario como el budismo, pues asegura que este tipo de religiones lo ayudan a concentrarse y a dejar que todo fluya.

Además, tiene un amuleto de la suerte basado en la doctrina hinduista.

“Mi amuleto de la suerte lo tiene mi novia, se lo regalé. Me lo dio mi hermana y es una roca en la que vienen escritas varias palabras, pero todo va enfocado en un chakra de los siete que tenemos en el cuerpo, es el ‘Manipura’ que representa la fuerza de voluntad. Este amuleto siempre lo llevo en mi corazón”.

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