cambio climático

El debate en la COP30 es sobre quién debe pagar la crisis climática; mientras países pobres exigen financiamiento justo, las naciones más ricas evaden su responsabilidad, escribe Raúl Monforte.

El financiamiento climático global avanza con la Hoja de Ruta de Bakú, pero la meta crucial sigue siendo limitar el calentamiento a menos de 1.5 °C, antes de que el planeta rebase el punto de no retorno.

Según la campaña global Race to Resilience, cerca de 438 millones de personas ya están mejor protegidas frente a choques climáticos y se han movilizado más de 4.200 millones de dólares para fortalecer la adaptación. Pero todavía falta mucho.

Al menos dos estados al sur de Brasil declararon estado de emergencia tras el paso de un tornado que destruyó ciudades enteras.

Sequías y fenómenos extremos están provocando desplazamientos internos en México, donde el cambio climático expulsa a familias rurales hacia zonas urbanas.

Organizaciones mexicanas y de EU restauran el Río Colorado en Mexicali para mitigar los efectos del cambio climático y recuperar su biodiversidad.

Las ciudades ya están enfrentando fenómenos para los que no estaban diseñadas: lluvias torrenciales en zonas áridas, huracanes fuera de temporada, sequías en regiones agrícolas históricas.

Los que se quejan manifiestan una falta de balances en el control de la política del país, lo que es innegable. Hoy Morena es el único partido político relevante.

La falta de inversión en infraestructura hidráulica amenaza a la CDMX con inundaciones históricas; expertos advierten consecuencias irreversibles.

No podemos olvidar otras medidas complementarias, como la eficiencia energética en edificaciones y procesos, la movilidad activa y compartida, la inversión en innovación y la adopción de modelos de economía circular que reduzcan el desperdicio.