Salud

Las mutaciones han hecho de la variante Delta la más contagiosa y preocupante en el mundo, según estudio.

La variante fue detectada en la India y se ha convertido en la de mayor propagación en el planeta.

Con el transcurso de los meses se han identificado nuevas variantes del SARS-CoV-2, situación que ha prendido los focos en varios países, sin embargo, es la variante Delta la que ha golpeado seriamente al mundo y puesto en jaque a los sistemas de salud en diferentes naciones.

Acorde con la BBC, Delta se ha vuelto la variante dominante en Singapur, Reino Unido, Portugal y la India, en donde fue descubierta por primera vez en octubre de 2020 y que provocó el disparo de contagios y muertes meses atrás.

Los datos preliminares mostraron que Delta es más transmisible que otras variantes, conlleva un mayor riesgo de hospitalización y reinfección, y genera un cuadro de síntomas diferentes.

¿Qué hace a Delta la variante más preocupante?

A grandes rasgos, Delta presenta un conjunto de ‘mejoras’ genéticas que facilitan su propagación e invasión al cuerpo humano y sistema inmunológico.

Cuando surge una nueva variante, esta necesita tener ciertas características ‘ventajosas’ que las hagan viables en un entorno de tanta competencia y selección para invadir los cuerpos humanos.

En una presentación sobre la variante delta al gobierno sudafricano, el bioinformático Tulio de Oliveira, director del laboratorio Krisp, de la Universidad KwaZulu-Natal (Sudáfrica), enumeró las principales características de dicha variante.

1. Invaden con mayor facilidad el cuerpo humano

Una característica importante de Delta es la manera en como el virus se introduce al cuerpo, específicamente el vínculo entre la espiga del virus (también conocida como proteína S) y el receptor ACE2, una enzima que se ubica en la superficie de nuestras células.

Esta espiga actúa como si fuera una llave que abre la cerradura de la célula y permite la invasión del coronavirus, y una vez dentro, utiliza la información del núcleo para multiplicarse.

En el caso de la variante delta, existen dos mutaciones relevantes en la espiga, que se conocen por los códigos L452R y T478K.

En términos generales, un virus es un acido nucleico (ADN o ARN) rodeado por un conjunto de proteínas.

La capa externa sirve para adherirse a una célula humana, mientras que la parte interna sirve como un manual de instrucciones que se utilizará para producir nuevos virus dentro de la célula invadida.

2. Activación más eficiente al interior del cuerpo

Para invadir la célula humana, no es suficiente que el SARS.CoV-2 encuentre una puerta de entrada y se adhiera, sino que debe activarse.

Esta activación ocurre a través de una enzima en el cuerpo humano (llamada furina) que corta la espiga del coronavirus en dos: S1 y S2.

Después del corte, una parte de la espiga (S1) se adhiere a la célula humana y la otra (S2) fusiona su membrana con la membrana de la célula humana, permitiendo la inserción del material genético e iniciando la producción en cadena del virus.

Al cortar la espiga, la enzima hace que se abra y revele secuencias genéticas ocultan que lo ayudan a unirse estrechamente a las células del tracto respiratorio humano, por ejemplo.

Las mutaciones del virus han dado a lugar a que se puede pensar que su origen está en un laboratorio, ya que su mecanismo es tan eficiente y atípico entre los coronavirus que infectan a los humanos.

“Todos los coronavirus que infectan a los humanos tienen un dominio determinado, un área específica que reconoce la furina. Pero el Sars-CoV-2 está muy humanizado. En otras palabras, es mucho más eficiente de lo que se ha visto en otros coronavirus, que tienen un reconocimiento razonable de la furina”, señaló virólogo José Eduardo Levi, coordinador de investigación y desarrollo de la red de laboratorios Dasa, e investigador del Instituto de Medicina Tropical de la Universidad de São Paulo (USP).

“Y solo el Sars-CoV-2 tiene esta mutación, esta inserción de cuatro aminoácidos. Ese es el argumento más fuerte de que este coronavirus se creó en el laboratorio. Porque hasta ahora, no se ha encontrado ningún coronavirus intermedio que apunte a que fue mejorando poco a poco. Este llegó listo para ser segmentado por la furina humana “, agregó el científico.

3. Pudiesen escapar parcialmente de anticuerpos y vacunas.

Fernando Spilki, profesor de la Universidad Feevale y coordinador de la Red Corona-Ômica, en el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de Brasil, utiliza la analogía de las piezas de Lego para explicar el papel de las mutaciones en los eventuales escapes de las variantes del sistema inmunológico y las vacunas.

Al aprender a defenderse, los anticuerpos neutralizantes utilizan partes de los invasores para saber cómo identificarlos y combatirlos.

Cuando se producen las mutaciones en el coronavirus, por ejemplo, es como si las partes de los anticuerpos ya no encajarán bien con las del invasor, lo que facilita el escape.

Por ende, el virus al mismo tiempo puede mutar para acoplarse de manera más eficiente a la puerta de entrada de la célula y escapar parcialmente del encaje con anticuerpos neutralizantes.

Para Spilki, “es como si el virus creara vías para escapar del sistema inmunológico y desarrollara formas más efectivas de transmisión”.

Explicó que todos estos cambios fueron “previstos” en experimentos de laboratorio, que son capaces de analizar la influencia de cada intercambio, inserción o supresión de estas pequeñas piezas sobre el comportamiento del coronavirus.

Detalló que hay una sustitución de aminoácidos que dificulta la posibilidad de que el cuerpo identifique al invasor para combatirlo.

Aquí es donde entra en juego la mutación como una forma de obstaculizar la lucha contra el coronavirus.

Sin embargo, no se ha comprobado que la variante Delta evada las vacunas, por lo que es necesario vacunarse para estar protegidos de otras variantes, en lo que se averigua una ‘cura’ efectiva, así como se hizo con el virus de la gripe, en su momento.

Con información de la BBC Mundo.

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