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Mauro Enrique, el héroe que salvó a cuatro bebés

El oficial Mauro Enrique Vera Suárez, quien gana 8 mil pesos al mes, se convirtió ayer en héroe al rescatar a cuatro bebés de entre los escombros del Hospital Materno Infantil Cuajimalpa.

En sus 23 años como policía del Distrito Federal, el oficial Mauro Enrique Vera Suárez, que gana 8 mil pesos al mes, nunca había salvado a alguien de un desastre... ayer rescató a cuatro bebés del Hospital Materno Infantil Cuajimalpa.

En un par de ocasiones había ayudado a sofocar llamas de incendios, porque ha recibido cursos de protección civil, pero eso de sacar de entre los escombros y de las llamas cercanas a un bebé recién nacido que no lloraba es algo nuevo en su vida.

"Vi el movimiento ligero de un trapo y lo recogí, así como estaba, envuelto en la sábana verde, boca abajo", dice el hombre de 42 años, habitante de la delegación Álvaro Obregón, que tiene el cargo de policía segundo, adscrito a la Policía Auxiliar, y que a más de 12 horas de la explosión de la pipa de Gas Express Nieto en el Hospital Materno Infantil de Cuajimalpa sigue con la adrenalina al máximo.


"Lo levanto y les digo a los demás con una seña que hay más personas atrapadas", relata. Al bebé no le dijo nada, no le habló, sólo lo entregó a la gente de Protección Civil y se regresó. Fue un instante nada más.

Mauro es un hombre moreno, de ojos pequeños, bigote y pestañas chinas. Su uniforme azul marino, que porta debajo de un maltratado chaleco antibalas, luce blanquecino por todo el polvo que ha salido de los escombros en los que desde las 7 de la mañana no ha dejado de ayudar.

"Fue el instinto de supervivencia", platica. "Y lo único que sentía eran ganas de salir de ahí ya. No sentía miedo, me sentía tranquilo, sólo tenía nervios porque había muchas otras personas a las cuales ir a salvar y yo traía en las manos a un ser humano que necesitaba vivir".

En menos de dos minutos, el oficial entró a la zona del siniestro. Había puras piedras y polvo. A lo lejos, donde él supone que era el archivo, todavía había algunas llamas. Y a unos metros, la pipa seguía envuelta en fuego.

Pero así entró. Sin ninguna protección adicional más que su gorra azul rey y su chaleco negro. El único objetivo en mente era ir a salvar a quien pudiera.

En toda la jornada, además del bebé que sacó en brazos y cuya imagen fue captada en el instante por el teléfono celular de su superior, la policía segundo Patricia Hernández Avilés –la foto dio la vuelta al mundo–, Mauro sacó con ayuda de sus compañeros a otros tres bebés y a dos enfermeras.

A las 7:15 de la mañana de ayer, una pipa que abastecía de gas al nosocomio de la delegación Cuajimalpa explotó por una posible fuga de gas. Mauro Enrique se encontraba en la sede de la delegación Cuajimalpa, alistándose para salir a trabajar, como todos los días. Su jornada de ayer era de 7 de la mañana a las 9 de la noche.

El estruendo alteró la mañana de ayer en el poniente del Distrito Federal. "Se sintió la onda expansiva hasta el edificio de la delegación, se cimbraron puertas y ventanas y creímos que había habido un choque afuera", platica el oficial.

Pero no fue así. Al salir a la explanada, vio a lo lejos la columna de humo. "Y entonces, uno sabe lo que tiene que hacer", asegura.

Llegaron al lugar en cuatro minutos y sin pensarlo, ni recibir órdenes, Mauro y los demás se metieron al lugar para salvar vidas, para convertirse en héroes.

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