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Este es el 'misterio' que los gatos esconden en su lengua al acicalarse

Un estudio realizado por los investigadores Alexis Noel y David Hu muestra que la lengua de los felinos tiene un sistema de cavidades que los ayuda con su limpieza.

Los gatos no dejan de sorprender a los humanos, no sólo por sus habilidades sino también por los misterios que guardan en su cuerpo.

Según un estudio publicado esta semana en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, las papilas que se ubican en la lengua de los gatos contienen cavidades en las puntas que les ayudan a la limpieza de estos animales.

Las papilas son cientos de espinas puntiagudas curvadas ubicadas en la misma dirección y de acuerdo, con la investigación, las cavidades dentro de ellas almacenan hasta 4.1 mililitros de saliva cada una.

Con cada lamida, la lengua de los gatos deposita en el pelaje el 50 por ciento de la saliva almacenada, con lo que puede limpiarse, refrescarse y regular su temperatura.

Los investigadores Alexis Noel y David Hu grabaron imágenes de alta velocidad de gatos lamiéndose y emplearon una técnica de tomografía computarizada, así como medidas de la potencia del lamido, para entender el mecanismo que se esconde detrás de cada lengüetazo.

También, analizaron el órgano de seis especies diferentes de félidos –gato montés, puma, irbis, tigre y león– que recogieron después de su muerte.

"Ya se había estudiado antes cómo aumenta la cantidad de pulgas si los gatos no se asean y ya había estudios microscópicos de las papilas. Pero nosotros hemos sido los primeros en descubrir que las papilas tienen un hueco que está involucrado en los lametones", declara a Sinc el investigador David Hu, coautor de este trabajo.

Sin embargo, el nivel de aseo depende de qué tanto las papilas pueden penetrar en el pelaje hasta llegar a la piel del gato, por eso es que a algunas especies como los persas de pelo largo les cuesta mucho acicalarse.

"Las papilas tienen que llegar hasta la piel para disolver los aceites y el resto de materiales. Los gatos persas tienen un pelaje demasiado grueso como para que penetren las papilas. Como no pueden llegar a la piel, el gato no se puede asear por completo", añade Hu.

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