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Submarino Titán : cronología de una desaparición anunciada al interior del Titanic

Se espera que en un lapso de 24 horas se se pierda el oxígeno que hay dentro del submarino desaparecido.

La Guardia Costera de Estados Unidos confirmó, este miércoles 21 de junio, que se están estudiando ruidos detectados en la zona en la que se busca el sumergible que viajaba al Titanic desaparecido el pasado domingo con cinco personas a bordo.

En una entrevista con CBS News, el contralmirante de la Guardia Costera estadounidense, John Mauger, detalló que la víspera varias boyas de sonar desplegadas por aviones detectaron “ruido en el agua”.

”No sabemos la fuente de ese ruido, pero hemos compartido esa información con los expertos de la Marina”, que están intentando “ubicar la fuente de esos ruidos”, detalló.

El contralmirante afirmó que “mientras haya una oportunidad de supervivencia” para las personas a bordo del submarino Titán se continuará trabajando para tratar de localizar el sumergible, perteneciente a la empresa OceanGate Expeditions.

¿Cómo fue la desaparición del submarino que recorría el Titanic?

El sumergible, cuyo nombre es Titán y que fue remolcado por el barco “Polar Prince”, partió el viernes 16 de junio desde San Juan de Terranova (Canadá) hacia el lugar del hundimiento del Titanic.

El pasado domingo 18 de junio la compañía OceanGate Expeditions reportó que habían perdido la comunicación con el submarino Titán, donde viajan cinco personas viajan a bordo: el empresario paquistaní Shahzada Dawood, su hijo Suleman, el explorador británico Hamish Harding, el explorador francés Paul-Henry Nargeolet y el consejero delegado de OceanGate, Stockton Rush.


La Guardia Costera de EE.UU. inició el mismo domingo una operación de búsqueda con ayuda de Canadá para localizar el aparato en una zona ubicada aproximadamente a mil 450 kilómetros del Cabo Cod de Massachusetts.

El martes 20 de junio, un club de exploración internacional con miembros a bordo del sumergible desaparecido cerca del naufragio del Titanic sugirió que se dectectaron “probables signos de vida”, lo que generó esperanzas de que la tripulación pueda ser rescatada antes de que se termine el suministro de oxígeno.

Richard Garriott de Cayeux, presidente del Explorers Club con sede en Nueva York, dijo en Twitter que los “datos de campo” le habían dado nuevas esperanzas al club.

El submarino tenía en su interior oxígeno suficiente para que los cinco miembros de la tripulación siguieran respirando durante unas 96 horas; sin embargo, a medida que el tiempo pasa, esa cifra va descendiendo, por lo que las autoridades estiman que se agote en un día.

Una demanda acusó a OceanGate de poner a pasajeros en peligro

La compañía que gestiona el sumergible desaparecido en el Atlántico Norte en una inmersión turística al Titanic fue advertida varias veces de que el vehículo podría sufrir problemas “catastróficos” de seguridad, según documentos judiciales.

La compañía de exploración submarina con sede en Everett, Washington, ha hecho viajes anuales al Titanic desde 2021.

David Lochridge, director de operaciones marítimas de OceanGate, escribió un reporte de ingeniería en 2018 indicando que la embarcación que se estaba desarrollando necesitaba más pruebas y que los pasajeros podrían verse en peligro cuando alcanzara “profundidades extremas”, según una demanda presentada ese año en una corte federal de distrito en Seattle.

OceanGate demandó a Lochridge ese año y le acusó de romper un acuerdo de confidencialidad, mientras que él presentó una contrademanda alegando que se le había despedido de forma ilegal por plantear sus reservas sobre seguridad y ensayos. El caso se resolvió unos meses después de iniciarse con un acuerdo privado cuyos términos no se hicieron públicos.

Las preocupaciones de Lochridge se centraban en la decisión de la firma de basar la detección de fallos en un sensible control acústico, que detectaba sonidos producidos por el casco bajo la presión, en lugar de en un escaneo del casco. Lochridge dijo que la empresa le dijo que no había equipamiento que pudiera hacer esas pruebas en un casco de fibra de carbono de 12.7 centímetros de grosor.

“Esto era problemático porque esta clase de análisis acústico sólo identificaría cuando un componente estaba a punto de fallar -a menudo, milisegundos antes de una implosión- y no detectaría fallos existentes antes de someter el casco a presión”, indicó la contrademanda.

Además, el vehículo se diseñó para alcanzar profundidades de 4 mil metros, donde se encontraba el Titanic. Pero, según Lochridge, la ventana de pasajeros sólo estaba certificada para profundidades de hasta mil 300 metros, y OceanGate no quería pagar al fabricante para que produjera una certificada para 4 mil metros.

Las decisiones de la compañía, afirmó la contrademanda, “someten a los pasajeros a un posible peligro extremo en un sumergible experimental”, afirmó la contrademanda de Lochridge.

Sin embargo, la firma indicó en su demanda que Lochridge “no es ingeniero y no fue contratado ni encargado de realizar servicios de ingeniería sobre el Titan”. Fue despedido tras negarse a aceptar las garantías del ingeniero jefe de OceanGate sobre que el control acústico y el protocolo de pruebas eran en realidad un sistema mejor para detectar cualquier fallo de lo que sería un escáner, según los documentos.

El director general de OceanGate, Stockton Rush, defendió el año pasado su estrategia en un discurso a una conferencia en Seattle organizada por el sitio de noticias de tecnología GeekWire.

De modo que volvió a llevar el sumergible a la superficie y en la segunda inmersión hizo los mismos ruidos preocupantes, aunque debería haber sido mucho más silencioso. La compañía desechó ese casco, construido por un fabricante marítimo, y construyó otro con un proveedor aeroespacial, explicó Rush.

En un comunicado por email, un vocero de la compañía dijo que el vehículo desaparecido se había completado en 2020-21, de modo que no sería el mismo mencionado en la demanda.

OceanGate también recibió otra advertencia en 2018, procedente de la Marine Technology Society, que se describe como “grupo profesional de educadores, legisladores, tecnólogos e ingenieros oceánicos”.

En una carta a Rush, la asociación dijo que era crucial que la firma sometiera su prototipo a ensayos supervisados por un experto ajeno a la compañía antes de ponerlo en funcionamiento para salvaguardar a sus pasajeros.

Rush se había negado a hacerlo.

La carta, de la que informó en un principio el New York Times, dijo que los miembros de la sociedad temían que “la estrategia experimental actual adoptada por OceanGate pueda conllevar resultados negativos (de menores a catastróficos) que tendrían graves consecuencias para todos en el sector”.

-Con información de EFE y AP.

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